Las redes sociales se han convertido en el principal medio de comunicación de los jóvenes por lo tanto, resulta interesante investigar que es lo que sucede a través de su constante uso. Donde se vive a través de aparatos, de ganas de una cierta foto, un cierto “outfit”, cierto lifestyle, ¿pero cual es el fin de todo esto? Se puede ver que el fin para este grupo estudiado son likes, followers, obtener ese cierto orgullo, placer e incluso motivación. Adicionalmente, se comienza a notar como las experiencias empiezan a ser mediatizadas y la interacción personal esta puesta a un lado. El objetivo es lograr que las personas vean que es importante desconectar para poder lograr vivir el presente, porque las conexiones van más allá que la del internet.
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¿En qué momento los medios se apoderaron de nuestra vida? Queremos una taza de café para la historia que subimos a Instagram los domingos por la mañana, compramos el par de zapatos perfectos para nuestras fotos artísticas de pies. Queremos compartir un meme en Facebook para que todo el mundo pueda darle “me gusta” y poner un comentario, nos pasamos buscando la luz perfecta para una publicación digna del hashtag #nofilter. Buceamos por Tinder en un intento de encontrar a nuestra media naranja. Leemos artículos como siete poses que te favorecen para tu tipo de cuerpo o Cinco formas de convertirte en blogger, con la esperanza de moldearnos a un mundo de perfección viéndonos effortless en nuestros posts, como si fuéramos un proyecto de artesanía que vimos en Pinterest. Invertimos más tiempo en nuestros perfiles de Instagram que en nuestra personalidad.
Lo que no paro de cuestionarme es como vivíamos sin la constante documentación de nuestras vidas, sin subir historias sin poder grabar a nuestros amigos y por supuesto sin poder usar hashtags. En donde lo significativo son las experiencias que tenemos pues documentarlas es lo más importante, sin importar el producto que obtenemos. En la investigación que realicé en la Universidad Iberoamericana sobre el social media, me di cuenta que éstas traen consigo problemas biopsicosociales. Consecuentemente, volviendo las experiencias que tanto anhelamos en experiencias mediáticas más no existenciales, en donde el placer esta empezando a ser mediatizado y la interacción personal se ha olvidado.
Hace poco fue México Fashion Week, un evento que lleva sucediendo ya veinte años en la hermosa ciudad de nuestro país. Es un evento, que mis amigas y yo llamamos de bluff. Con esto me refiero a eventos donde las personas van a tomarse fotos y presumir que estuvieron presentes en él. En estos me di cuenta como la mayoría de las personas invitadas habían sacado su iPhone o Android y estaban grabando el desfile. Más que nada me fije en la joven que estaba sentada justo enfrente de mí, que no dejaba de grabar el show en diferentes maneras ya sea en boomerangs, en horizontal, en vertical y claro no podía faltar la selfie, (en la cual estoy segura que accidentalmente aparezco).
Estaba en shock como vivió el desfile completamente a través de su celular, en esa pantalla de 5.8 pulgadas, mientras que enfrente de ella estaban pasando las bellas modelos de 1.80 luciendo las hermosas prendas de los diseñadoras, no obstante, muy pocas personas en el espacio bajaron sus pantallas durante el show y la mayoría veían el desfile a través de esa pequeña pantalla. Mi amiga y yo somos fans de la moda y noté como ninguna de nosotras sacó su celular para grabar, más bien disfrutábamos la colección de los diseñadores, a veces comentábamos en los outfits que nos gustaban y más que nada gozábamos el show y la particularidad que es presenciarlo y disfrutarlo en el momento.
Lo que sucedió en el Fashion Show es lo que constantemente esta pasando en nuestras vidas, en donde nos pasamos documentándola para el otro. Por lo tanto, se puede decir que nuestra vida es Instagram. De cierta manera, nuestro diario vivir se encuentra “dentro de las yemas de los dedos de nuestros amigos y seguidores.” (Hennessey, 2013) Cada vez que alguien abre la app de Instagram se encuentra en un mundo donde hay cientos de posts nuevos, miles de historias que no han sido vistas y millones de hashtags siendo utilizados. En donde cada uno de estos es, la documentación de la vida de otras personas, de las personas que sigues. Cuando nos pasamos documentando nuestra vida para el otro perdemos la esencia de las cosas que estamos viviendo.
Ya que lo que lo más importante de esas experiencias que tanto buscamos es su esencia, “esa cualidad pura, fina y elevada que nos permite” distinguir entre algo indiferente, totalmente aburrido y una cosa, experiencia llena de vida.(Amin, 2017) Hemos remplazado el oído, tacto, olfato, vista y gusto por un medio. Si leíste correctamente, un medio. Cambiamos los cinco sentidos por un celular, una foto, un vídeo y por supuesto un post. Ya que las experiencias son para vivirlas en el momento, disfrutando cada segundo de ellas, en donde cada una de estas nos deja un diferente sabor de boca. Las experiencias son para aprovecharlas al máximo no necesariamente tienen que estar publicadas en nuestro Instagram, para nuestros followers. Sin embargo, hoy en día se vive a través de aparatos, de ganas de una cierta foto, un cierto outfit, cierto lifestyle, ¿pero cual es el fin de todo esto? El fin son los likes y followers, ese cierto placer e incluso motivación que trae para algunos. En donde los “me gusta” de una foto son más importantes de lo que parece. Vivimos desplazados sin rumbo en un feed de miles de vidas de otras personas. “Alabamos tales imágenes y estamos obsesionados con ser lo que todos los demás son, no obstante, todos somos lo mismo.”(Hennessey, 2013) Somos personas que parecen tener una vida perfecta en nuestras redes sociales, pero eso se debe a que hay un filtro para eso. A todas las personas leyendo esto no les pido que no caigan en la trampa de las redes sociales, porque siendo honestos, todos hemos caído. Pero les pido que reconozcan los aspectos indeseables que trae con ellas, por que tienen que ser abordados.
Instagram, hoy en día es una red social que está en expansión y sobrepasando otras, como Facebook, Twitter y Snapchat sobre todo con los jóvenes. Así pues, el numero de individuos que usan Instagram, alrededor del mundo, son 800 millones al mes y 500 millones de usuarios activos al día. Aproximadamente 95 millones de fotografías y 300 millones de transmisiones en vivo se realizan diariamente, y estas publicaciones reciben 4,2 mil millones de «me gusta» diariamente. Existe un uso problemático de las redes sociales, el cual se puede ver en términos de depresión, ansiedad, adicción. (Kırcaburun & Griffiths, 2018)
En total un 11% de las personas encuestadas mostró sentir depresión cuando utilizaban la plataforma de Instagram. La depresión es un “trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima.”(“OMS | Depresión”, s/f) Asimismo, esta puede ser provocada por la idealización de otros y la devaluación de nosotros mismos, en donde empezamos a aspirar a ser alguien que no somos por cuestión de empatizar con los demás. Ya que el 70% de los encuestados mostró que no hay un depresión cuando a uno no le interesan los likes, demostrando que el botón de “me gusta” es uno que trae consigo problemas de autoestima y pertenencia. Ya que inconscientemente nos alimenta a creer que necesitamos un cierto numero de likes para ser suficientemente buenos.
Por otra parte, las plataforma de Instagram también demostró causar ansiedad en los estudiantes de la Ibero. Donde un 17% se ve afectado por este trastorno, “el cual es una respuesta emocional provocada por miedo.” (Clark, s/f)En la mayoría de las veces sentimos ansiedad cuando estamos presionados. Muchas veces no nos damos cuenta cuanto las redes sociales llegan afectar nuestras vidas, por que como lo mencioné antes nuestra vida son las redes. Hoy en día Instagram ha implementado el modo de vídeo en vivo e historias que duran tan solo 24 horas antes de ser borradas o destacadas. Muchas veces cuando no salgo o estoy haciendo algo interesante y me paso scrolling por Instagram, y viendo las historias de mis amigos me da FOMO. EL fear of missing out, es miedo a perderse información relevante y de no estar informado o en contacto de los demás. Esto normalmente lo siento cuando no estoy presente en esos eventos que fui invitada pero por alguna razón no pude ir. El FOMO esta relacionado con la ansiedad, ya que de cierta manera es una manifestación de la ansiedad. En donde nos da miedo no estar presentes en nuestras redes, en eventos como fashion shows, conciertos, etc. y más que nada nos da “miedo las criticas, o esa evolución negativa de nuestros posts, historias e incluso videos live.” (Balta, Emirtekin, Kircaburun, & Griffiths, 2018)
Cuando tenemos una necesidad de andar publicando constantemente para documentar nuestra vida para nuestros followers y calmar nuestra ansiedad. Es cuando se vuelve una adicción. No le ha pasado que van a comer con sus amigos y todos están en el teléfono ya sea viendo su feed, publicando una foto, buscando la frase ideal o grabando un video live para sus followers. Olvidemos a nuestros amigos por un segundo, y enfoquémonos en nosotros, ¿cuántas veces vemos el teléfono cuando estamos en una comida o en una cena? A mí me pasa que me cuesta mucho trabajo no estar sin mi celular, me cuesta no ver lo que están publicando mis amigos y las personas que sigo. Odio no poder subir una foto de mi comida por más ridículo que suene y odio no poder encontrar la frase perfecta para mi foto. Una cifra que no me sorprendió fue la de adicción, en donde un 23% siente que ya es adicto a la plataforma de Instagram. Yo me incluyo sin pensarlo dos veces. Por el simple hecho que pasó al menos dos horas diarias en mi Instagram checando mi feed, likes, followers y de vez en cuando los posts que suben. Al 61 % de las personas que les afectan los likes que obtienen son o al menos se consideran adictas a Instagram.
Estar constantemente al tanto de nuestro Instagram, es lo que nos esta generando esta adicción en donde queremos demostrar que tenemos una vida increíble. Queremos obtener esa aprobación, la cual es “esencial en los seres humanos”. (Carbonell, 2014) Estos problemas se presentan por que tenemos la necesidad de pertenecer a esta sociedad. Donde queremos aparentar tener vida perfecta llena de eventos relevantes y experiencias inolvidables. Donde lo que nos importa es que vean que somos interesantes. Los likes que obtenemos a un 45% le provocan placer a un 28% orgullo y a un 25% motivación. Consiguientemente, demuestra que el placer esta comenzando a ser mediatizado. Enfatizando que nuestra vida en Instagram es un espejismo de nuestra realidad.
En donde aparentamos ser alguien, donde nuestras historias están de experiencias documentadas pero no vividas y tenemos posts perfectos de la vida perfecta. Estamos rodeados de problemas de depresión, ansiedad y adicción pero todas se pueden borrar o editar con un filtro. Somos esa generación que prefiere ver un concierto en su celular junto con sus followers que disfrutar al artista en vivo. Nuestro celular se ha vuelto una extensión de nuestro cuerpo y las redes se han vuelto necesarias para nuestra vida, idealizamos imágenes estéticamente perfectas y despreciamos la cruda realidad humana; en donde lo imperfecto es hermoso y lo perfecto es aburrido, pero para nosotros es al revés, apreciamos la perfección y aspiramos a tenerla en nuestro perfil.
Nos encontramos constantemente buscando experiencias nuevas, que llenen nuestras historias y no nuestras vidas. Donde la memorias se crean para nuestro Instagram y no para nuestra persona. Estamos viviendo en un mundo donde lo mediatizado es glorificado y el tacto es olvidado. Hallamos placer en los likes que recibimos en posts, en esa foto que te tardaste horas posando, editando y buscando la frase perfecta. Acaso no extrañamos un cumplido sobre nosotros, que sea crudo. Con esto me refiero, a sin pose, sin miles ediciones y filtros, simplemente nosotros. Escribiendo esto me di cuenta que en algún punto vamos a querer regresar a la interacción humana, a lo de antes. Tenemos que desconectar para poder lograr vivir el presente, por que las conexiones van más allá que el Wi-fi. Las conexiones se establecen mediante palabras, acciones y experiencias.
Bibliografía
Amin, S. (2017, mayo 11). Stop Trying To Find Acceptance Through Social Media. Recuperado el 19 de abril de 2019, de HuffPost website: https://www.huffpost.com/entry/stop-tryingto-find-acceptance-through-social-media_b_5914d9f9e4b00ccaae9ea159
Balta, S., Emirtekin, E., Kircaburun, K., & Griffiths, M. D. (2018). Neuroticism, Trait Fear of Missing Out, and Phubbing: The Mediating Role of State Fear of Missing Out and Problematic Instagram Use. International Journal of Mental Health and Addiction.
https://doi.org/10.1007/s11469-018-9959-8
Carbonell, M. (2014). La vida on-line impacto de las redes sociales en todo lo que hacemos (Primera Edición). México, D.F: Centro de estudios Jurídicos Carbonell.
Clark, D. A. (s/f). Terapia cognitiva para trastornos de ansiedad: ciencia y práctica. 1994.
Hennessey, M. (2013, marzo 12). The Feeling of Acceptance is Gained Through Social Media | Teen Ink. Recuperado el 22 de abril de 2019, de Teen Ink website: http://www.teenink.com/opinion/social_issues_civics/article/537687/The-Feeling-of-Acceptance-is-Gained-Through-Social-Media/
Kırcaburun, K., & Griffiths, M. D. (2018). Problematic Instagram Use: The Role of Perceived Feeling of Presence and Escapism. International Journal of Mental Health and Addiction. https://doi.org/10.1007/s11469-018-9895-7 OMS | Depresión. (s/f). Recuperado el 22 de enero de 2019, de WHO website: http://www.who.int/topics/depression/es/
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