Fotografía de Roberto Pintre.
Noelia Morgana es poeta. Una niña de un barrio obrero y periférico de Sevilla que escribe por placer desde que tiene uso de razón. Una mujer que un día decide dar la vuelta a su panorama y estudiar arte dramático. Forma parte del colectivo Arte Muhé, con el que ya hablamos en Más de Cultura y escapa de imposiciones para traer versos de la calle, una poesía valiente y revolucionaria.
¿Cuándo empiezas a tener contacto con la poesía?
Cada vez que me preguntan que cuando empecé a escribir me hace mucha gracia porque fue cuando aprendí. Desde que aprendí no paré. Me recuerdo escribiendo desde que era una niña muy pequeña. Escribía poemas, cuentos, relatos… La escritura y yo vamos de la mano desde que me supe expresar de esa manera.
¿Cómo es el proceso desde que empiezas a escribir hasta que lo compartes con el resto?
Yo lo comparto desde siempre pero antes no existían las redes. Mi escritura la compartía con mis amigas, con mi familia, he sido la típica amiga del instituto que te hace el poema para el niño que te gusta. Lo que pasa es que ahora hay una expansión gracias a las redes sociales y llego a gente a la que antes no tenía posibilidad de llegar. El boom me lo dieron las redes, empezando por mi blog cerca de 2014.
«No puedo mostrar una escritura laboriosa, simbólica y entretegida cuando yo soy una persona de la calle»
¿Escribes poesía para ti misma o escribes para compartirlo con la gente?
Es curioso porque en los talleres de escritura que doy planteo esto. Para mi hay tres receptores claros: escribes para ti, escribes para alguien o escribes para una masa, un colectivo. Luego tienes dos acciones, o lo muestras o no. Tú puedes tener como receptor una masa pero nunca compartirlo.
En mi caso escribo para mí y decido compartirlo. Escribo de forma egoísta, por puro placer, por pura necesidad de conocerme y de plasmar las vivencias que voy teniendo a lo largo de la vida. Una vez que está eso plasmado, sacado de mí, decido compartirlo con el resto como un regalo por si a alguien le sirve.
Tu estilo de poesía se aleja de la imagen del romanticismo clásico que siempre está rondando el mundo del poeta. Tiene un mensaje revolucionario y fuerte porque tus versos son muy potentes. ¿Cómo nace esta poesía?
La verdad es que cuando escribo lo hago como yo soy y no puedo mostrar una escritura laboriosa, simbólica y entretegida cuando yo soy una persona de la calle. El hecho de que mi poesía sea tan directa y cercana tiene un objetivo, yo quiero escribir para que me entienda mi abuela, para que me entienda la gente de la calle. Quiero que me entienda esa parte de la población que no tiene acceso a ese lugar erudito, jerárquico. Parece que solo los intelectuales pueden tener acceso a la comprensión y disfrute de la poesía. Como no estoy nada de acuerdo con eso, parece que de alguna manera la hago accesible al pueblo llano. No es algo consciente, me ha llevado mucho tiempo saber que lo hago por algo en concreto.
Esa idea de poesía puede ser el factor que hace que las personas se alejen de este tipo de literatura. ¿Cómo ves el panorama literario?
Evidentemente con respecto a la literatura, de unos años a esta parte ha habido un boom enorme relacionado con la poesía. Esto puede estar guay y no. Mi forma de verlo es que el arte de escribir se ha capitalizado. Esto es lo que yo pienso. Con esto no quiero decir que no me guste que sea una disciplina expansiva o que más personas se acerquen a ella, todo lo contrario. El sistema se ha aprovechado de este boom maravilloso que ha tenido la escritura y la ha encorsetado un poco a este tipo de escritura facilona que no tiene ningún contenido ni mensaje y se vende con facilidad, sobre todo entre el público adolescente. Por otro lado me alegra que se esté expandiendo la literatura y que se le esté otorgando el lugar en la estantería que se merece.
¿Entonces el capitalismo frena o impulsa la poesía?
Que se divida a la población entre gente cultureta y gente ignorante es una conveniencia para el sistema, para el capitalismo y para el patriarcado. Para mantener eso es conveniente que siga existiendo un sistema de clases. Cuando tu facilitas la cultura a barrios que están más desprotegidos, pueblos que están más alejados, les estás brindando la oportunidad de que se liberen. Esto es lo que proporciona la cultura, un análisis un poco más profundo.
Por mucho que haya habido un boom de la literatura, en mi barrio la gente no lee. Hay que utilizar la fórmula adecuada que haga que se conecte el mundo de la cultura con el pueblo llano.
«Nunca nadie puede escribir sobre algo que no parta en algún punto de si mismo»
¿Podemos decir que tu poesía es revolución?
Mi poesía es un potaje de puchero. Lo siento más de esta manera. Es muy curioso porque mucha gente me habla de un arte revolucionario y a mi me hacen gracia, no por burlarme sino porque es fuerte que se distinga por eso, como si el resto de las personas no lo hicieran. Yo no estoy pretendiendo revolucionar ni mostrarme como poeta feminista y ya está. Mi poesía está viva, es de hoy y está escrita desde la perspectiva de una mujer que es feminista pero voy mucho más allá. Es muy fácil catalogar las disciplinas y etiquetarlas con diferentes ideologías, darle un peso que a mi no me interesa. La revolución está en todos sitios. Revolucionaria también es mi abuela que se levanta todos los días con los dolores que tiene. No me gusta que se enarbole al artista, el artista es una persona más. Esta especie de burbuja a la que la masa coloca a los artistas no me gusta.
Con las redes sociales el escaparate se amplía muchísimo. ¿Instagram es la nueva librería?
Yo a este tipo de gente que sale aprovechándose (que me parece maravilloso si es su objetivo) le llamo poetuits. Es una mezcla entre poetas y tuiteros, una frase que parece un tuit con la que parece que se soluciona el mundo.
No sé si es instagram solo. Yo he tenido una plataforma muy gorda como es Youtube y creo que los vídeos-poema causan mucho revuelo. Instagram es la única red social visual exclusivamente y como estamos en una sociedad de consumo rápido es la que más se va a utilizar. Es fácil ver una imagen con unas flores secas y unas uñas recién pintadas.
¿Quiénes son tus referentes en la literatura?
Tengo un batiburrillo de mucha inspiración. Me inspira mucho el flamenco, la cultura andaluza, la canaria también. Me inspira mucho la mitología griega, Federico García Lorca, Gloria Fuertes, Alejandra Pizarri, Gata Catanna, Mala Rodríguez, el mundo underground…
Yo me inspiro, aunque sea fácil decirlo, en la vida. Investigo mucho sobre mi, sobre las relaciones humanas, sobre la existencia.
¿Tu poesía es reflejo de lo que vives o te pones en el papel de otra persona?
En general escribo siempre desde mi persona. Pero si escribes una novela evidentemente están saliendo diferentes personajes que tú no eres. En ese caso yo no creo que ningún tipo de escritura que nace de ti misma no sea parte de ti. Por mucho que yo escriba sobre un asesino, y yo no soy asesina, lo que a mi me conecta con el asesino probablemente sea una emoción que compartimos. Creo que nunca nadie pueda escribir sobre algo que no parta en algún punto de si mismo.
¿Más de cultura y menos de qué?
Más de cultura y menos violencia, por favor.
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