El documental «Abriendo camino. Música desde la periferia» está prácticamente terminado. Un proyecto amateur en el que un aficionado a la música ha conseguido reunir a las voces más representativas de los grupos que surgieron en la comarca asturiana de los Picos de Europa durante cinco décadas. Ahora, necesita un empujón en forma de crowdfunding para terminarlo con la calidad que merece.

Javier Pedraces es su director, guionista y productor, tiene un programa de radio llamado «Carreteres Secundaries» donde disecciona las curiosidades sobre la música pero se excusa de antemano en nuestra charla reconociendo que es el primer proyecto de estas características en el que se embarca.

Todo parte de un libro que escribió con su compañera Ana Corredera: «Abriendo Camino. La escena musical en el oriente de Asturies (1960-2014). De ese texto en el que ya se recopilaba gran parte de información, surgió la parte audiovisual del proyecto.

Resulta curioso que uno de los puntos sobre los que reflexiona «Abriendo Camino» es en lo rural, localidades sin industria emergente, con economías que dependen del sector servicios y primario, lugares que a priori no tienen nada de urbano y que sin embargo fueron el caldo de cultivo idóneo para son los caldos de cultivo idóneos para que se gestasen grandes bandas de rock de la época.

Javier está de acuerdo: «a pesar de que no era el ambiente favorable había inquietud entre la gente que vivía ahí. Las comunicaciones eran complicadas y muchos vivían a horas de Gijón que era donde se podía comprar un equipo para poder tocar». Una lucha contra los elementos que desemboca en unas fechas históricas para la música independiente de la zona.

Entre los descubrimientos que le ha otorgado esta investigación, por ejemplo la «Noche Celta» celebrada a principios de la década de los 80 en Corao, un pueblo muy pequeño de Asturias, que se compuso de un macro-festival al que llegaron bandas de todas partes del mundo significando un hito para la época. Con una democracia recién instaurada y en una zona rural compuesta por una sociedad muy conservadora: «fue como un vuelca de tuerca y metieron una concepción nueva de las fiestas que después se utilizaría para el resto de festivales folk de la comarca».

Un vanguardia que se instaló en la zona dispuesta a cambiar las cosas, que al fin y al cabo ha sido siempre y sigue siendo el objetivo de la música urbana.