Cuando Alejandro Andrade era pequeño, la casa de su abuela estaba en Cuernavaca. Por aquel entonces no sabía aún que un mexicano en España se siente como en la casa de su abuela, descubriendo sobre sus orígenes.

Lo que si que recuerda son las guayabas estampadas contra el suelo, siendo devoradas por las hormigas. Un ciclo vital que ahora le sirve de precedente para su primera película: Cuernavaca. Una estética basada en sus propios recuerdos para contar una historia sobre descubrimiento a través de los ojos de Andy (Emilio Puente).

Precisamente nos cuenta que Emilio Puente, el niño protagonista, ni siquiera se presentó al casting en un primer momento, pero su descubrimiento ha hecho que el director ya esté rodando otra película con él.

Hablamos con él de este estreno que llegará a las salas el 4 de octubre de la mano de Begin Again Films.

El mundo de Andy cambia totalmente cuando su madre tiene un accidente. Sin nadie que lo cuide, debe viajar a vivir a Cuernavaca a la casa de su lejana abuela paterna. Allí, tendrá que enfrentarse a numerosos conflictos con las relaciones de las personas que le rodean.

En la película se tratan muchos temas, las enfermedades mentales, la discapacidad, la vejez, el paso de la niñez a la adolescencia… ¿era una idea incluir tantos discursos desde un principio o todo fue tomando forma?

El guion salió de una forma muy peculiar porque lo primero que tenía era la abuela, la casa, las hormigas, las guayabas… Digamos, el telón de fondo.

«intentábamos que fuera una película nostálgica, como con la sensación de estar recordando»

Eso tenía que ver con recuerdos de mi infancia. A partir de ahí lo complicado fue armar una historia. La historia que me interesó fue la del crecimiento y el cambio profundo de un personaje que va desde una inocencia a un momento de mayor madurez. A raíz de eso, todo lo demás fue saliendo al ir construyendo la historia.

¿Por qué hormigas?

En la casa de Cuernavaca de mi abuela tengo esas memorias de ver las guayabas explotadas en el piso llenas de hormigas y como niño me fascinaba verlas. Me parecía entre monstruoso y precioso.

Entre la destrucción y la nueva vida. Era como del principio al fin porque la destruían pero era para empezar algo nuevo. También es una referencia a Buñuel que él también tenía esa fijación por la hormigas.

Una película sobre el descubrimiento, todas las historias tienen una parte de realidad y experiencia personal ¿hay algo de eso en Cuernavaca?

Justamente viene de mis recuerdos de infancia en Cuernavaca y tiene esa parte medio autobiográfica.

«Para un mexicano, vivir en España es como vivir en la casa de su abuela»

Afortunadamente la trama principal y lo que le pasa al niño no me pasó a mí nunca pero sí intentábamos que hubiera la sensación de estar recordando. Que fuera una película que de alguna manera se sintiera nostálgica. Como de añoranza a un pasado.

¿Cómo llega Carmen Maura a la película?

Yo tenía muy claro que el personaje de la abuela quería que fuera española.

Cuando escribí el guión estaba viviendo en España y tenía esta idea de que para un mexicano, vivir en España es como vivir en la casa de su abuela, en el sentido de que cuando vas a casa de la abuela descubres cosas que tus padres o tú mismo tienes y descubres de dónde vienen.

En esos años en los que yo viví aquí descubrí muchas cosas de la cultura mexicana, pero en su origen. Por eso era esta sensación de estar como en la casa de la abuela.

También por el orden social e histórico que ha habido en México que aún sigue siendo que los extranjeros blancos y sobretodo europeos suelen ser los dueños de las casas más grandes, los lugares donde suceden historias como esta.

«desgraciadamente la mayoría de las películas son de narcos y este tipo de cosas»

Y justo en Cuernavaca (ciudad) hay una comunidad de extranjeros mayores jubilados que son los terratenientes. Era por retratar una parte real de Cuernavaca y esta parte simbólica de lucha de castas que existe en México.

Es una película mexicana pero que habla de temas universales. ¿Esa universalidad está presente en vuestro cine?

Hay de todo. Ahora mismo en México hay un buen momento de producción. Se están produciendo alrededor de 150 películas al año. Dentro de esas 150 hay una diversidad enorme.

Creo que la mayoría habla sobre temas y asuntos absolutamente locales. Yo diría que un 30-40% intenta tocar temas más universales. Desgraciadamente la mayoría de las películas son de narcos y este tipo de cosas (risas). Creo que el mundo entero está un poco saturado de que eso sea lo que exportamos…

Pero bueno, como todo, hay una parte importante de ese cine de narcos y miseria y también hay otros intentos y otros lenguajes que creo que es lo más interesante. Al expandirse la producción han podido entrar muchos otros lenguajes cinematográficos.

¿Te veremos pronto en un nuevo proyecto? 

Justamente ahora estamos en el desarrollo de otra película que se llama «Hombres íntegros» y que trata sobre adolescentes.

La idea es trabajar con Emilio Puente que ahora ya es adolescente y es un retrato social de un grupo particular de adolescentes en la ciudad de México. Adolescentes privilegiados que van descubriendo su impunidad. Son tres historias que confluyen en un elemento bastante macabro que ocasionan estos adolescentes.

De momento, para ver Cuernavaca, a partir del 4 de octubre en cines.