Diana Gómez es ya una de las caras conocidas de las series españolas de Netflix, la hemos visto en La casa de Papel y ahora se estrena como protagonista en Valeria. También ha participado en otras ficciones como 45 Revoluciones. En la ficción que adapta las novelas de Elísabet Benavent es una escritora en crisis, que sufre del síndrome del impostor. Es decir, pensar que no vale para ser escritora y que en cualquier momento la van a descubrir.

Diana Gómez dice que es muy ecléctica con la música, pero en realidad es la música la que la ha traído aquí. En concreto, el talento de Paula Jornet, que no recomendó a su compañera de reparto en la serie, Paula Malia y que nos trajo hasta la verdadera Valeria. La música también es la protagonista de la serie. De eso, de preparación de personajes y las crisis personales hablamos con la actriz.

Qué depresión, Madrid se ve tan bonito en la serie estando aquí encerradas sin poder disfrutarlo…

Ya, es que la verdad es que viendo la serie dan unas ganas de salir, ir con tus amigas a tomar algo, a vivir la noche…

En tu caso, del grupo de amigas de Valeria, que son todas muy distintas ¿Quién sería Diana Gómez?

Yo en muchas cosas soy Valeria. Una cosa muy superficial, por ejemplo, esta cosa de los audios, en eso soy súper Valeria, audios interminables.

En toda la parte profesional, el conflicto con el que empieza Valeria, me siento súper identificada porque hace un par de años estaba pasando por este conflicto y tampoco tenía dinero, como ella. Me estaba planteando si escoger un plan B o no, o cómo hacerlo. Esta parte de querer persistir en tu sueño y encontrarte en un punto de bloqueo emocional, económico, sentimental. Esta llegando a los 30 y no tener esa estabilidad que te habían dicho, yo con eso me siento, o me sentí, muy identificada.

La casa de papel y Valeria. ¿Que te vean en tantos países no da vértigo?

la verdad es que intento no pensarlo mucho. Y más ahora. Estoy en mi casa, salgo a las 8 simplemente a pasear o a correr y es más fácil no pensar en eso. También porque aunque se vea en tantos países en mi mente es muy difícil pensar en esto y ver la magnitud de lo que significa y también que pueden pasar tantas cosas que mejor no pensarlo pero tener el deseo de que la gente la vea y la pueda disfrutar.

¿Le has dado ya a la selección de idiomas del capítulo para escucharte doblada a otros idiomas?

¡Aún no! Con las chicas si que nos compartimos los trailers en francés y en turco y tengo muchas ganas de verlo, tengo mucha curiosidad.

¿Crees que las plataformas ayudan a abrir el abanico de oportunidades a actores nuevos?

Para mi las plataformas significan más trabajo para todo el mundo. No solo para los actores, para el mundo técnico, para la cultura en general. Hay más oportunidad y variedad. También creo que como país o como industria hay más ganas de poner un sello, creo que hay más confianza.

Veo como mucha libertad a la hora de crear y lo bonito de todo esto es que, como se ve en tantos países, se ve una reacción muy bonita. Tenemos la gran suerte de que hay series españolas que han abierto el mercado a todo el mundo y que es más fácil entrar en ese mercado siguiéndolas a ellas. Creo que es el momento de aprovechar. Lo que el coronavirus nos deje…

Diana Gómez. Fotografía: Garay Talent.

Diana Gómez. Fotografía: Garay Talent.

Cuando te dan un guion ¿Cómo empiezas a entrar en el personaje?

Lo primero que hago es intentar ver los objetivos del personaje o lo qué le pasa. Lo que se cuenta del personaje, tanto a nivel interno como lo que dicen los otros personajes del mío.

Luego también me gusta mucho intentar ver si es un personaje que reacciona de forma mental, emocional o instintivamente, porque a mi ya me coloca mucho.

Y a partir de ahí ver si tengo referencias de personajes o pelis. Es coger puntos de partida para empezar a trabajar con él. Y luego, si hay oportunidad, para mí los ensayos son maravillosos. Porque son un espacio para crear el personaje, para conocerte con los otros actores, los directores… y también para equivocarte, que para mí es muy importante a la hora de crear el personaje. Poder equivocarte en el proceso de ensayo e ir midiendo.

¿Recuerdas algún momento de esto en Valeria?

A mi lo que me pasó al principio con Valeria fue curioso, porque cuando empecé sufrí el síndrome del impostor que sufre ella al principio. Al cabo de 2 o 3 semanas desde que me cogieron pensaba: «bueno, en cualquier momento igual te llaman y te dicen que se han equivocado y que no eres tú». Entonces claro, empecé con unos nervios terribles. Me costaba mucho ver el carácter de Valeria.

Pero era curioso porque estaba pasando por el mismo conflicto que estaba pasando ella. Y luego, cuando cogí referencia a Annie Hall, la directora me ayudó mucho con esto, para mí fue un gran punto de partida porque entendí cómo funcionaba internamente. A partir de ahí fue el gran proceso de confianza y crecimiento.

¿Y Diana Gómez? ¿Ha tenido alguna vez el síndrome del impostor?

Sí, la profesión de actriz en ese sentido se asemeja un poco a la profesión de escritora, o por lo menos como la vive Valeria. Esta cosa de que si estás un poco falto de confianza contigo misma, todo cuesta muchísimo y es más fácil que aparezca ese síndrome del impostor. Pensar que en cualquier momento se van a dar cuenta de que no vales, de que no eres lo que ellos creen.

Y además también creo o espero que mucha gente, trabajen o no en estas profesiones más creativas, se pueda sentir identificada, porque creo que somos una sociedad que estamos ahora mismo con las redes sociales viviendo mucho de puertas hacia fuera.

Queremos demostrar tanto lo que somos que hay un poco de vacío y la sensación de pensar que en algún momento alguien va a descubrir que no soy esto que estoy colgando en Instagram. Creo que es un síndrome que forma parte de nuestras vidas. O por lo menos yo lo siento así.

La cuarentena nos está dando mucho que reflexionar sobre esto.

Sí, a mi esta cuarentena me ha pasado una cosa muy curiosa. Yo en las épocas que tenía de no trabajar como actriz, tenía como una ansiedad de «tengo que estar creando o aprovechando el tiempo que no estoy trabajando».

Entonces, como ahora todo el mundo ha parado, he sentido una tranquilidad… También me he sentido culpable por tener esa tranquilidad, porque fuera estaban pasando cosas muy graves. Pero me quiero quedar con esa tranquilidad de no tener que producir constantemente. Tienes que vivir. Vivir ya es estar aprovechando el tiempo de alguna manera.

Pero es cierto que fuera de esta cuarentena había como una cosa de que tienes que estar continuamente aprovechando el tiempo, instruyéndote, haciendo cursos, mirando películas, series…como viviendo al límite de alguna manera.

Es curioso porque tu personaje se mueve todo el rato entre la comedia y el drama ¿Eso no es muy complicado?

Sí, para mí ha sido una de las cosas más complicadas. Porque hacer un tono naturalista y no pasarte ni en la comedia ni en el drama a veces era complicado. Porque lo más importante es que sea verosímil y real, pero que también se marquen los gags, la comedia.

Además, me acuerdo que empezamos con las secuencias de peleas con Adrián y al principio teníamos mucho miedo de olvidarnos de que al final es una comedia romántica. Era viajar por esos dos lados y que cada secuencia tuviera el espacio que tenía que tener.

A Valeria sus amigas le dan consejos ¿Un consejo que le darías a Diana Gómez?

Una de las cosas que me diría es: «tranquila, es un trabajo». Y «confía» porque en los trabajos necesito confiar mucho en mí misma. Aunque vaya mal, siempre hacia delante con mucho trabajo.

Hay mucha presencia musical en la serie ¿Qué música te gusta a ti?

Mira, la verdad es que soy súper ecléctica. Puedo ir de escuchar a Mozart a escuchar un musical, Rosalía… mi Spotify está como lleno de cosas muy diferentes. Creo que no soy la mejor persona para hablar de música porque siempre siento que no tengo una línea.

A mi la música me ayuda mucho a cambiar un estado sentimental y la uso bastante para trabajar. Depende del personaje me creo una lista u otra.

Al leer las novelas, ¿Hay alguna secuencia que te encantase escrita y tenías muchas ganas de rodar? 

Por ejemplo en la novela la tensión sexual entre Víctor y Valeria obviamente se alarga muchísimo más. Yo me acuerdo en la primera novela, cuando Valeria va a su piso, están ahí comiendo patatas y parece que va a pasar, que van a follar y al final no y se alarga… son como muchas páginas que estás ahí enganchada.

Eso, en la serie, supongo que por tiempos o personajes se ha tenido que poner de otra forma. Pero me parece una tensión muy interesante de trabajar. Todo lo que sea tensión en una pantalla a mi me interesa de hacer, de ver y me hubiera encantado.

Es verdad que siempre destacamos las acciones de los actores pero a veces es muy interesante ese momento en el que no está pasando nada ¿no?

Claro, a mi lo que más me interesa es la tensión. Lo cómodos que están los dos en que no termine de pasar. Llega un punto en el que los dos ya están muy cómodos en que no pase. Además, cuando tiene que pasar hay muchos nervios y hacen cosas que no quieren hacer y de golpe te enfadas y dices: «¿pero por qué estáis haciendo esto? Pero si es muy fácil». Por eso a mí me gusta mucho.

¿Algún proyecto entre manos?

Tenía alguna cosa pero es que ahora está todo parado… Estamos aprovechando con la compañía de teatro que tengo en Barcelona y estamos aprovechando esta cuarentena para intentar crear un nuevo proyecto, pero estamos en un estado súper inicial. Compartir textos de todos y ponernos en común para ver qué sale de esto que está pasando.

Estás aquí por Paula Malia. Todo un honor ¿no?

Sí, y además ella. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, estudiamos en la misma escuela de teatro y encontrarnos en proyectos siempre es un placer. Ella es súper talentosa y muy feliz de estar aquí con vosotros.

¿Seguimos con la cadena de talento? ¿Nos recomiendas a  alguien? 

Mira, te voy a decir una amiga mía. Vicky Luengo que además ha estrenado la serie de Madres. Somos mejores amigas y ha sido muy gracioso porque estrenábamos series a la vez y me hace muy feliz. Aún no la he visto y tengo muchas ganas de verla.

¿Más de Cultura y menos de qué?

Y menos egoísmo.