Las reacciones del mundo del cine a la salvaje invasión rusa de Ucrania siguen dando titulares y es un hecho que la mención al conflicto será inevitable en la gala de los Oscar, que se celebrará este domingo. De hecho, los premios Bafta ya fueron un altavoz sobre la situación de Ucrania, con mensajes de apoyo a la población ucraniana por parte de los cineastas que se reunieron en el Royal Albert Hall de Londres.

En Hollywood la cómica Amy Schumer, entrevistada por Drew Barrymore, mostró su deseo de conectar el la gala de los Oscar con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, una medida que resulta (aunque Zelensky fuese en el pasado actor ya ha conectado con cámaras legislativas como la de los Comunes, el Parlamento Europeo y el Congreso estadounidense) muy frívola. Schumer ha admitido que su iniciativa tiene muy pocas probabilidades de salir adelante.

Hasta el actor Gérard Depardieu, que se hizo ciudadano ruso para no pagar impuestos, ha pedido recurrir a la vía diplomática. Y otro miembro de la comunidad del cine norteamericano, el díscolo director Oliver Stone, tampoco ha tenido más remedio que salir a la palestra tras estrenar, en 2017, la bochornosa serie documental (por lo pusilánime con Putin) The Putin Interviews, una serie con largas entrevistas sobre la caída del comunismo, la guerra en Siria y la implicación rusa en las elecciones presidenciales de EEUU de 2016, cuando Donald Trump ganó a Hillary Clinton.
Stone ha sido claro en su cuenta oficial de Twitter: “Aunque Estados Unidos tiene muchas guerras de agresión en su conciencia, esto no justifica la agresión del señor Putin a Ucrania. Una docena de errores no dan el derecho. Rusia se equivocó al invadir”.

El más comprometido de toda la comunidad del cine americano haya sido Sean Penn, que pidió a Estados Unidos y a las naciones de todo el mundo que apoyen a Ucrania. “Si Putin no para, será el error más horrible para la humanidad”. Pero Penn no se conformó con las palabras y está realizando un documental sobre la guerra y para ello no dudó en viajar a Ucrania. Caminó millas con su equipo, andando desde un coche hasta la frontera polaca, y en la carretera fue testigo de la terrible situación de miles de familias que abandonaban su país en su coche y con tres o cuatro maletas.

El pasado 10 de marzo, Penn firmó, junto al cantante Sting, el filósofo Bernard-Henri Lévy y el escritor Salman Rushdie, un texto en Libération en el que enumeraban 10 medidas que ven necesarias para frenar a Rusia. A saber: 1. Acusar a Putin de crímenes de guerra. 2. Ayuda militar a Ucrania. 3. Publicar los bienes turbios de los oligarcas rusos. 4. Prohibir el acceso a los mercados estadounidenses y europeos de todas las empresas con sede en Rusia. 5. Congelar toda actividad comercial en Rusia y con Rusia. 6. Bloquear la propaganda rusa en redes sociales. 7. Los servicios y sistemas de Microsoft deben ser bloqueados en toda Rusia. 8. Las sanciones deben extenderse más allá de la clase política y sus oligarcas, deben llegar a los funcionarios militares y civiles. 9. Todas las cuentas bancarias rusas deben ser congeladas. 10. Las importaciones de petróleo ruso deben suspenderse en toda Europa, que debe trabajar para diversificar sus suministros de gas.

Aunque quizás el mensaje que más haya escamado al infame Putin es el de Arnold Schwarzenegger. El actor de Danko: Calor rojo, típica peli de acción de la Guerra fría, grabó un mensaje en el que recordaba a su propio padre. “No quiero que estés roto como mi padre”, dijo en un vídeo de nueve minutos en el que recordaba a Gustav Schwarzenegger, que se unió voluntariamente al partido nazi y sirvió al ejército de Hitler en Polonia, Francia, Bélgica, Ucrania, Lituania y Rusia.

En el vídeo, Schwarzenegger, dice “Ucrania no comenzó esta guerra. Ni los nacionalistas ni los nazis. Aquellos en el poder en el Kremlin comenzaron esta guerra. Hay cosas terribles que deben saber”. Y como emotivo remate, el trigésimo octavo gobernador del Estado de California recordó a su héroe de la infancia, el levantador de pesas ruso y medallista de oro olímpico Yuri Vlasov. Schwarzenegger dijo que tenía 14 años cuando conoció a Vlasov y lo que le inspiró su foto sobre su cama a pesar de las objeciones de su padre, que combatió en la frustrada invasión de Rusia por parte de los nazis. Y terminó animando a los ucranianos: “Ustedes son mis nuevos héroes. Tienen la fuerza de Yuri Petrovich Vlasov. Tienen el verdadero corazón de Rusia”. De película.