Ainhoa Andraka y Zuri Goikoetxea dirigen el documental Cabeza y corazón, que llega a los cines el 1 de diciembre. La película sigue la historia de la selección de baloncesto en silla en su crecimiento hasta conseguir la histórica participación en los Juegos Paralímpicos. Ambas directoras se integraron en el equipo como dos miembros más para retratar desde dentro a la selección.

Hablamos con ellas para conocer cómo fue el proceso y descubrir las similitudes entre el baloncesto y el cine documental.

¿Cuándo nace la idea de hacer este documental?

Ainhoa: El deseo y la motivación para hacer esta película surge en 2008. Yo trabajaba en un turno de noche en un medio de comunicación, y hablaba todas las noches a través de un interfono con Víctor. En los ratos muertos charlábamos mucho, él me hablaba de su equipo de baloncesto. El caso es que nos hicimos amigos pero no nos habíamos visto nunca. Un día llegó antes a su turno y pasó por mi planta a verme. Yo me lo había imaginado de muchas maneras, pero nunca en una silla de ruedas. Esto me hizo reflexionar y desde entonces me rondaba la idea de hacer una película que funcionara un poco como el interfono funcionó para mí.

Pero lo que es la película Cabeza y Corazón surge realmente hace unos cinco años, una vez que Zuri ya se había incorporado al proyecto.

Zuri:. Un día Ainhoa me enseñó unas grabaciones que había hecho en 2008 del equipo de baloncesto en silla de Víctor. Y las reflexiones que había escrito. En todo aquello encontré un motor muy noble y tierno al mismo tiempo. Había una persona detrás de cámara aprendiendo a mirar la discapacidad. Supe de una manera muy clara que ahí había una historia que teníamos que contar.

En ese equipo, lleno de hombres, había dos chicas, Vicky y Lucía. Diez años después, en 2018, Vicky y Lucía formaban parte de la Selección Femenina de baloncesto en silla y además, la selección jugaba por primera vez, después de 24 años, un Mundial en Hamburgo 2018. Es entonces cuando, contando solo con un pequeño apoyo al desarrollo, decidimos coger el coche, Ainhoa y yo, e irnos al Mundial de Hamburgo a grabar a la selección.

 ¿Conocíais previamente a alguna de las jugadoras de la selección?

A: Sí, conocí a Lucía y a Vicky “Madrid” en 2008 en el Cid Casa Murcia Getafe, el equipo de BSR de Víctor. Lucía entonces era menor de edad. Vicky “Madrid” acababa de llegar al equipo tras una grave lesión de rodilla que no le permitía jugar a pie y estaba aprendiendo a manejar la silla de ruedas.

«Se olvidaron que éramos un pequeño equipo de filmación y nos consideraron parte del equipo»

¿Cómo es el primer contacto? 

A: Mi primer contacto hace 15 años fue grabar mucho a todo el equipo, como intentando encontrar una forma de mirar la discapacidad y el deporte adaptado, con mucho ensayo y error, y mucha frustración también.

Z: Mi primer contacto con la selección fue en las concentraciones previas al Mundial de Hamburgo que tuvieron lugar en el CAR de Oporto y Barcelona. Nunca había visto jugar a un equipo de baloncesto en silla, y todas las ideas preconcebidas que tenía sobre el deporte adaptado, se esfumaron en cuanto vi que era un deporte de contacto bastante agresivo.

¿Cómo reaccionan cuando les contáis la idea de hacer un documental? 

A: En un primer momento la historia de la Selección era solo una parte del documental que estábamos preparando. Lo que pasa es que enseguida empezamos a sentir que la historia que de verdad nos apetecía contar era la de las chicas, y cambiamos el guion y los tiempos del proyecto para poder seguirlas prácticamente todo un ciclo olímpico. Ellas poco a poco, a medida que pasábamos tiempo con ellas se iban sintiendo más cómodas. Hasta que se olvidaron que éramos un pequeño equipo de filmación y nos consideraron parte del equipo. Nos terminaron abriendo las puertas de su día a día con una absoluta generosidad, aún sin saber bien lo que teníamos en mente.

Z: Algunas de las jugadoras entendieron el valor de documentar al equipo en aquel momento de una forma muy clara y muy comprometida. A otras, en cambio, les costó un poco más. Es lógico que al principio tuvieran sus reticencias, al fin y al cabo, somos dos “andantes”, como ellas se refieren a nosotras, introduciéndonos en un equipo de baloncesto en silla sin ninguna noción de baloncesto. Pero enseguida entendieron cual era nuestro punto de vista, y rápidamente, nos acogieron como a una jugadora más.

 ¿Recordáis alguna anécdota divertida del rodaje?

A+Z: Tenemos muchas anécdotas divertidas, realmente nos lo hemos pasado en grande con ellas puesto que tienen un sentido del humor muy avanzado. Precisamente esta es una característica que comparten todas. Pero por destacar una anécdota, al principio cuando no nos conocíamos tanto ni ellas entendían muy bien lo que estábamos haciendo, al ser tantas en el equipo, íbamos colocando uno o dos micrófonos inalámbricos de manera aleatoria en cada una de ellas. La gracia era que ninguna supiera quien lo llevaba colocado para que las conversaciones fueran lo más naturales y orgánicas posibles.

No queríamos que las conversaciones estuvieran condicionadas por los micrófonos. Entonces, una de ellas, empezó a llamarnos “Súpers” en referencia directa a Gran Hermano. Eran las Grandes Hermanas. Y, entonces, el micrófono lejos de ser un elemento oculto lo empezaron a utilizar para comunicarse directamente con nosotras. En plan, “Súper, que me meo y tengo que ir al baño. Súpers, tengo hambre, Súpers estoy cansada… etc”.

«La mejor forma de acercarnos al otro es eliminar los prejuicios, pero la mejor manera de no tener prejuicios es conocer al otro»

 ¿Cuál fue el mayor obstáculo al que os enfrentasteis a lo largo del proceso del documental?

A+Z: El proceso creativo ha sido largo y quizás lo más difícil ha sido encontrar un tono y una mirada que pudiera satisfacer nuestra principal motivación: el poder vivir una historia con sus protagonistas, siguiendo el día a día de unas mujeres poderosas, deportistas de élite, y empatizando con sus hitos vitales y deportivos, pero todo esto sin que la silla se convierta en un obstáculo o un prejuicio. Creemos que la mejor forma de acercarnos al otro es eliminar los prejuicios, pero la mejor manera de no tener prejuicios es conocer al otro. Buscábamos construir una película que rompiera este bucle, un interfono en un turno de noche.

¿Encontráis similitudes entre el baloncesto y el cine documental?

A+Z: No sé si entre el cine documental y el baloncesto, pero desde luego entre el equipo de la Selección que hemos grabado y nuestro propio equipo sí: Un grupo de mujeres, desarrollándose vital y profesionalmente, de manera conjunta, dedicándose en cuerpo y alma a conseguir ciertos hitos para mejorar el terreno para las que vendrán después, en un mundo bastante masculino… Y todo esto con pocos medios económicos, cierta precariedad y falta de referentes.

«Mezcla historias humanas con humor y épica deportiva»

 ¿Quién os gustaría que viese Cabeza y corazón?

A+Z: Todas las personas que piensen que el deporte adaptado es aburrido o que sientan compasión o pena por las personas con discapacidad, es decir, casi todos los públicos menos probablemente los que vendrán a ver la peli (risas). En general, creemos que es una película para todos los públicos, que mezcla historias humanas con humor y épica deportiva, y que al mismo tiempo puede resultar muy transformadora.

Una cosa que nos ha sorprendido por ejemplo es que gusta mucho a la gente joven. En Gijón participamos en la sección Enfants Terribles, destinada a públicos menores de edad, y ganamos un premio del público.

¿Próximos proyectos?

A+Z: Ahora mismo estamos haciendo la postproducción de nuestra próxima película, Itoiz Udako Sesioak, que dirigimos en este caso a tres bandas con Larraitz Zuazo. Una película musical, a caballo entre la ficción y el documental, que retrata el viaje catártico de Juan Carlos Pérez, líder de la icónica banda vasca Itoiz, hacia la esencia del grupo, reviviendo sus comienzos como un grupo de rock progresivo en el Mutriku en los años 70.

Como productoras, estamos terminando nuestra primera ficción, ¡Caigan las rosas blancas!, dirigida por Albertina Carri y coproducida con Argentina (Gentil Cine y El Borde) y Brasil (Punta Colorada). También estamos trabajando en dos cortometrajes: Le Prime Volte (Giulia Cosentino, Perla Sardella), coproducido con Italia (Malfé Films), y Ultramarino. (Silvina Guglielmotti y Maren González).

La revista se llama Más de Cultura y nos gusta acabar las entrevistas preguntando, ¿más de cultura y menos de qué?

A+Z: Más de cultura y de conocer y abrazar la diversidad, en todos los sentidos, y menos miedo y prejuicios ante lo diferente.