Hace unas semanas terminó la serie musical Glee. Un producto de Ryan Murphy que ha tenido sus más y sus menos, sus personajes estelares y otros que caerán en el olvido. Con temporadas irregulares y algunas tramas imposibles, esta serie despertó en mí un sentimiento que no había vivido antes, el “hate-watching”, es decir, ver la serie para poder criticarla.
Como si fuésemos Fangoria cantando “Criticar por criticar”, malgastamos nuestro talento (y sobre todo nuestro tiempo) criticando a los demás. Hate-watching no es otra cosa que gastar nuestro preciado tiempo en ver una serie o programa de televisión para poder, posteriormente hablar de lo que se ha visto. Burlarse de los personajes, de las tramas, de los escenarios… de cualquier cosa en torno a la serie.
Uno de los puntos más llamativos de este fenómeno es que podemos utilizar Internet para “odiar” la serie. Gracias a las redes sociales y el altavoz que ellas suponen, nuestros comentarios pueden llegar a más personas, convirtiéndose en una legión de haters (o personas que odian). Desde blogs hasta perfiles en Facebook que se dedican a criticar algunas de las series de la parrilla televisiva. ¿Es o no es un gasto de tiempo enorme?
Digamos que este fenómeno nace de lo que se llaman “placeres culpables”, sabes que está mal, pero lo haces de todos modos. Aunque los gustos de cada uno son muy variables, existen algunas series que son más proclives a ser criticadas. Ya sea por sus pretensiones iniciales, por la fama de su creador, por los temas que se tocan o porque la vida de la serie no se puede alargar más. Algunas de ellas son “Smash”, “The Newsroom” o “Girls”. ¿Qué piensas de Lena Duhnam? ¿La amas, la odias o la criticas?
También dentro de este tema está el de los protagonistas aburridos. Meredith Grey, Ted Mosby, Susan Mayer… Seguro que te viene alguno a la cabeza. Esos personajes que quitarías de la serie sin que te tiemble el pulso, pero que sin embargo, sin ellos no tendrías la diversión de criticarlos.
Para terminar, sólo quiero decir que cada uno vea lo que quiera y que critique lo que le dé la gana… pero que no pierda el tiempo. Hay muchas series maravillosas que merecen la pena ser vistas.
Pd. Tengo que confesar que aunque criticase mucho Glee en algunas de sus temporadas, el final me gustó. Volvieron los número musicales más espectaculares, el “Don´t stop believing” y la ración de sentimentalismo. Un final que no odié.
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