Suena una orquesta, un tema alegre, quizá épico, a lo mejor trágico y lo tenemos claro: música de cine. Sin embargo, detrás existe un grupo de profesionales que reflexionan sobre la partitura que le vendría mejor a cada contenido audiovisual como banda sonora.

Uno de ellos es Txema Cabria, compositor y músico, o al revés. Habitual para Mediaset, entre sus trabajos como compositor para el gigante audiovisual está uno de los temas del reality Supervivientes. Le pillamos grabando su cuarto disco y nos confiesa que aunque todo compositor de bandas sonoras tiene por sueño trabajar con Steven Spielberg, la realidad es otra.

Rising from the depths, el tema de Txema Cabria para Supervivientes

 

Pese a ello, reconoce que las plataformas son una oportunidad para el mundo audiovisual por su creación de contenido, que requiere música. En su caso, del envío de un concierto al grupo Mediaset (que a día de hoy sigue emitiéndose de vez en cuando) surge la oportunidad de colaboración. Para los que se pregunten quién compone las músicas que escuchamos en los programas de televisión, entre ellos, hay músicos como Txema.

«Hay sonidos o instrumentos que parece que salen de forma natural para ciertas situaciones. También tienes que hacer un ejercicio e intentar huir de vez en cuando de eso, porque sino todo sonaría igual».

¿Cómo es el modo de trabajo con Mediaset? 

Básicamente con Mediaset soy freelance compositor de librerías. Ellos me van pidiendo trabajos para los programas de las cadenas que tienen en emisión. Te dan un briefing muy breve, muy escueto, y a partir de ahí te piden un tema con una duración determinada que suene a persecución, tensión…etc.

El problema es que para este tipo de trabajos partes con muy poco tiempo para entregar el material. Normalmente la música siempre es de lo último que se acuerda uno.

Y luego, por otro lado, está la parte de banda sonora que es cuando hago algún documental o algo comercial.

Porque la música no se produce igual si va destinada a ser incluida en un elemento audiovisual…

Totalmente. Por ejemplo, el último trabajo que he hecho como banda sonora ha sido un documental (Colaterales) bastante duro sobre padres o madres que han asesinado a sus propios hijos. Entonces, imagínate lo que es el documental.

Muy duro porque tienes visionarlo muchas veces también para cogerle un poco el ritmo, ver dónde metes bloques, dónde no… este trabajo es todo lo contrario a lo que tengo que entregar para Mediaset.

«Cada uno en nuestro campo tenemos la responsabilidad de intentar aportar lo que pensamos que es mejor»

Aquí el desafío es hacer una banda sonora con un eje común, definir muy bien el tipo de producción musical que va con el documental… Además este último es un caso curioso porque realmente cuando contacté con ellos estaban pensando en algo tipo La lista de Schindler y yo quedé con ellos ese mismo día en enviarles una pieza.

Cuando vi un pequeño fragmento de la película a mi se me hacía enorme para algo tan pequeño como la vida de una niña de 3 años, La lista de Schindler habla de un holocausto, un genocidio masivo.

Y es la primera vez que me ha pasado que dije que no le haría ni caso al briefing y mandaría lo que creo que va con eso. Hice una pieza de piano, cello y violín, en la cual el piano era la base armónica del tema, el cello representaba a la madre y el violín a la niña. Se lo mandé explicando todo y tuve suerte y acerté, pero la verdad es que te la juegas un poco.

Yo considero que cada uno en nuestro campo tenemos la responsabilidad de intentar aportar lo que pensamos que es mejor.

Imagen de Txema Cabria trabajando en su estudio para la música de un cortometraje.

Imagen de Txema Cabria trabajando en su estudio para la música de un cortometraje.

El imaginario colectivo por el cual todo el mundo asocia los sonidos en el audiovisual . ¿Es un reto?

Sí, nos pasa un poco a todos. Hay sonidos o instrumentos que parece que salen de forma natural para ciertas situaciones. También tienes que hacer un ejercicio e intentar huir de vez en cuando de eso, porque si no todo sonaría igual.

Son clichés y hay que intentar salirte de vez en cuando de lo típico para intentar hacer algo distinto, si no no tiene tampoco mucha gracia la cosa.

Una banda sonora que te haya marcado.

Me viene a la cabeza una serie que se llama The Knick. Es de un cirujano en Nueva York y transcurre en el siglo XIX. Está muy bien ambientada y recuerdo de empezar a ver la serie y alucinar porque al empezar a sonar la banda sonora era un sintetizador.

Con arpegios del tipo Stranger Things y dices: ¿Qué pinta esto aquí? Me llamó tanto la atención que el primer capítulo tuve que verlo otra vez porque no me enteré de nada del argumento (risas).

Te das cuenta de que la música lo que está es describiendo al personaje. Un cirujano muy avanzado a su época que hacía intervenciones muy arriesgadas. Un adicto a la cocaína que entonces se utilizaba como medicamento… Un tío transgresor.

Yo creo que la música ahí lo que quería reflejar, más que una situación de ambiente en el tiempo y el lugar, era el personaje concretamente. Y la música me pareció maravillosa, sobretodo la idea de ser tan transgresora como el personaje en su época.

Y luego en el cine me gusta Howard Shore, Hans Zimmer, aunque siempre está muy mal visto por la polémica, pero Gladiator o Interestellar me gustaron mucho. Hay gente realmente de otro planeta.

¿Qué es Nuvolution?

Es un proyecto que inicié en 2016. Había hecho antes alguna cosa con el new age y me apetecía hacer un proyecto de fusión de world music. Música celta, oriental, africana… y mezclarlo un poco con la electrónica.

Nació Nuvolution, tuve la suerte de que cuando estaba componiendo me puse en contacto con Yossi Sassi que es un guitarrista israelí que fue pionero del rock oriental. Este hombre inventó en su momento la bouzoukitara . Que es un cuerpo de guitarra eléctrica pero tiene un segundo mástil de bouzouki. Entonces cuando toca en el bouzouki está resonando la guitarra eléctrica y viceversa. Tiene un sonido muy peculiar.

La Bouzoukitara de Yossi Sassi «Bouzoukitara» – Rock Oriental

Le conocí en Madrid, le propuse participar y es encantador. Sacamos el primer disco en 2017 y la verdad es que funcionó muy bien con bastantes premios internacionales.

Además con proyectos como este es cuando te sientes libre componiendo. Es tu proyecto, no tienes briefing ni limitaciones. Estoy haciendo, yo creo, una música muy honesta, no me fijo ni en la duración ni en la estructura.

Este es el secreto de Nuvolution, además de una banda de cinco músicos que son maravillosos, músicos profesionales y espectaculares que están muy volcados con el proyecto.

¿Cuándo te sientes músico y cuando compositor?

Indudablemente cuando trabajo para audiovisuales me siento mucho más compositor que músico.

Cuando hago cosas para Nuvolution es un 50%. Al final cuando haces tus conciertos tienes la oportunidad de subirte a un escenario que es algo que me gusta muchísimo y más con estos compañeros que tengo. Y ahí disfruto más de la faceta como músico. Aunque yo me considero más compositor que músico.

¿Más de Cultura y menos de qué?

Hace poco hablaba con mi amigo Nacho Casatejada (guitarrista en Nuvolution) del tema de las redes sociales y de que todo el mundo se queja de todo, todo fue a raíz de los plásticos y el océano.

Últimamente no haces más que ver vídeos y aunque eso es un asco y una realidad, el estar bombardeando continuamente en redes sobre lo asqueroso que es el ser humano, creo que inmuniza a la gente ante esa realidad.

Lo que yo echo en falta es gente que haga algo en su entorno. La mejor manera de luchar contra las cosas que no te gustan es dar ejemplo e intentar que tu entorno sea el que tu quieres que sea.

Por lo que sobretodo Más cultura, eso siempre, porque se apuesta muy poco y da mucho dinero y menos de quejarse.