El montaje cinematográfico le debe mucho a Sergei Eisenstein y Google lo sabe. Por eso, hoy, en el 120 aniversario de su nacimiento, le dedica su doodle para recordarle a los navegantes quién es este señor y por qué le debe tanto el cine.

Sergei Eisenstein es el director de la mítica «El Acorazado Potemkin» (1925). Los valientes que se hayan atrevido a verla entera, comprobarán cómo fue el primer montaje paralelo de todos los tiempos. Por aquel entonces, el espectador disfrutaba del séptimo arte como si de teatro se tratase, mediante actos que iban sucediéndose uno tras otro.

Gracias a películas como éstas, el espectador empezó a asumir que se podían contar historias que sucedían al mismo tiempo, pero en espacios separados. También le debemos a él la secuencia mundialmente parodiada de «La escalera de Odesa». Esa parte de la película en la que la tensión se acrecienta a medida que un carrito con un bebé se precipita hacia el vacío por unas escaleras. Aquí una muestra de otras películas que le rindieron homenaje:

El director dominaba el arte, estudió ingeniería y hablaba inglés, francés y alemán. Hijo de padre judío y de madre eslava, desde bien joven se sintió atraído por  la revolución marxista y en 1918 se alistó en el Ejército Rojo, donde descubrió el teatro. Trabajó como responsable de decorados y como director e intérprete de pequeños espectáculos para la tropa. A los 25 años cambió la escena por el cine y comenzó a rodar sus primeras películas.

Cineasta en el exilio, y marcado por la contienda bélica de aquellos años, ganó varios premios Stalin pero Sergei Eisenstein es historia por plasmar en sus estudios una teoría que ha sentado las bases de muchos de los grandes trabajos de Hollywood.  «Teoría y técnica cinematográfica», «La forma en el cine, Reflexiones de un cineasta» o «La realización cinematográfica» son algunos de los títulos que escribió antes de morir el 11 de febrero de 1948, a los 50 años, tras sufrir un infarto.

Falleció una leyenda que dejó un legado importantísimo en el mundo del cine que aun hoy, 120 años después, el gigante de Internet se molesta en recordar.