El espectáculo Puy du Fou abrió sus puertas el pasado 27 de marzo con una nueva temporada. Ahora que el estado de alarma ha llegado a su fin, son muchos los madrileños y madrileñas que aprovecharán las escapadas de fin de semana. Nosotras no encontramos mejor plan que visitar Toledo y asistir a una recreación histórica.

“Si no lo veo, no lo creo”, es la frase que a todos nos viene a la cabeza cuando nos hablan de un espectáculo con más de 300 actores, bailarines, jinetes y especialistas. Con 50 caballos, 200 aves y 1200 trajes de época. 30 hectáreas de parque dedicadas a acoger el evento.

Este proyecto de origen francés, tiene como sello la espectacularidad y el detalle. Recorre la historia de España a través de cuatro poblados históricos, con más de 20 mesones, tabernas y casonas en los que artesanos de toda índole explican sus artes y oficios. Acompañados de leyendas como El Cid, Abderramán III, Colón, Isabel la Católica o Lope de Vega, los asistentes podrán revivir acontecimientos que marcaron la historia de nuestro país.

Como ocurrió en sus inicios con el Cirque du Soleil, Puy Du Fou se ha puesto de moda y las cifras no engañan. Toda una ciudad como Toledo, se ha volcado en conseguir que este espectáculo se convierta en referencia y el número de asistentes lo confirma, ya que acoge entre 1800 y 2400 espectadores al día. Adaptándolos al aforo sanitario.

Además, es digno de admiración todo el trabajo que Puy du Fou está generando entre los propios habitantes de la ciudad, ya que su ejecución implica a un montón de actores, escenógrafos, carpintería, cuidado de animales… Lo que repercute en mejorar la economía toledana. A esto le sumamos que el terreno en el que está situado el espectáculo ha sido repoblado con más de 27.000 especies autóctonas, para preservar las dehesas conocidas como “alijares”.

Toda una experiencia para disfrutar de la historia de la forma más increíble que existe, viviéndola.