TripAdvisor se ha convertido en una referencia a la hora de buscar reservas y reseñas relacionadas con viajes, vuelos, restaurantes. Hablamos de su éxito.      

TripAdvisor, nació tímidamente en Estados Unidos a principios del 2000 y se ha convertido en estos años en  la  referencia de cualquier viajero del planeta. Un diseño sencillo e intuitivo, home fácil de manejar, localizaciones, mapas, posibilidad de reservar desde la web, podrían ser las claves de su súper éxito.

Pero lo que realmente la ha hecho tan poderosa son los que trabajan en ella. Tú y yo, nosotros, los de más allá… Los que probamos, valoramos y opinamos.

Aunque parezca mentira, el ser humano aún se sigue fiando más de lo que dice otro ser humano que de un banner publicitario. Pero hay de todo en la viña del “señor”.

Muchos propietarios de los restaurantes, hoteles o espacios de ocio que no salen bien parados se quejan, y con razón, de que cualquiera puede opinar, aunque no haya estado ahí. Y gracias al SEO de TripAdvisor y a su magnífico trabajo, resulta que una sola opinión, una sola, puede hundirte.

TripAdvisor lo ha atajado, aunque no solucionado. No se puede opinar dos veces desde la misma IP. Pero sí opinar desde ella sobre cientos de sitios (de toda la competencia), aunque no los hayas ni pisado, y hacerlo desde el pc, el móvil, la tablet, el portátil…, gracias a las apps tan maravillosamente diseñadas.

TripAdvisor asegura que trabajan en ello para detectar los comentarios fraudulentos, pero no ofrecen ninguna explicación de cómo lo hacen, alegando confidencialidad.

Mientras tanto, aquí os dejamos nuestro método. Buscamos las opiniones de un negocio y si hay comentarios nefastos junto a otros muy buenos, eso nos empieza a mosquear ya que parece una guerra de bandos. Si sólo existen opiniones exageradamente buenas, tampoco es fiable.  Si, más o menos, coinciden en lo bueno y en lo malo, eso podemos decir que es más creíble. Y, sobre todo, lo que más nos gusta y lo que nos convence y nos hace decidir, es que el propietario tenga a bien contestar y entablar un feeback. Así tendremos la certeza que, en cualquier caso, no son robots.

Y ahora ya sólo queda decidir cuál es nuestro próximo destino.