Si tú también te notas raro o rara ante los cambios de estación, no te preocupes, es algo generalizado y además tiene un nombre. Podría tratarse de astenia primaveral o trastorno afectivo estacional. Son las dos denominaciones que se han acuñado en cuanto a estos fenómenos que se hablan, cada vez más, entre la población.

Los expertos los definen como trastornos adaptativos y se basan en que muchas personas presentan una serie de síntomas comunes al llegar la primavera, que van más allá del cambio de horario o las alergias. Cansancio y somnolencia, falta de energía, alteraciones del sueño, irritabilidad, cefaleas o pérdida del apetito son algunas de las señales que nos indican que podríamos estar ante astenia primaveral.

Y se llama primaveral porque precisamente está conectada con el cambio de tiempo por la subida de las temperaturas y la presión atmosférica. El cambio en el horario también trastoca nuestra rutina diaria y eso puede provocar esta sensación generalizada de desorientación.

¿Debemos preocuparnos?

En absoluto, como su propio nombre indica, es estacional y se suele dar en el cambio a la primavera, por lo que desaparece por sí sola en una o dos semanas. Por supuesto que los alérgicos al polen están en desventaja, porque estos síntomas pueden agravar los de la astenia.

Es por ello por lo que tampoco hay un tratamiento específico para la astenia primaveral, simplemente métodos para minimizar sus efectos acelerando el proceso de adaptación de nuestro organismo al cambio de estación.

La anticipación al cambio de horario se sitúa como la principal medida de prevención. Para ello, adaptaciones en la rutina que permitan entrar mejor en esas nuevas horas de luz serán fundamentales, así como el mantener los intervalos habituales entre tareas cotidianas como comer o dormir.

Como para casi todo, el ejercicio moderado siempre ayuda con cualquier rutina, ya que libera el estrés y es un facilitador del sueño. En la misma línea, la correcta hidratación es importante para cualquier estado de vida saludable y será también de ayuda para sobrellevar la astenia.

¿Es lo mismo que el trastorno afectivo estacional?

Si bien son fenómenos distintos por el momento en el que se producen, los síntomas suelen ser similares y derivados de lo mismo: el cambio de temperatura y/o estación. El trastorno afectivo estacional comienza y finaliza más o menos en la misma época del año. Siendo este periodo habitual el otoño.

Durante los meses invernales, es normal sentirnos con menos energía o mal humor. La principal diferencia con la astenia es que no suele causar depresión en la época de primavera o a comienzos de verano.

A contrario del anterior, el tratamiento para este trastorno es precisamente la terapia lumínica, pero los síntomas son similares. Somnolencia, cansancio o falta de energía…. Sin embargo, en este periodo del año es más común que la falta de apetito se traduzca precisamente en antojo por consumir alimentos ricos en hidratos de carbono.

Por todas estas razones, parece ser que no podemos escapar de sentir cierto estrés o cambios de humor en los cambios de estación, incluso cuando por el cambio climático casi no existen o están desordenadas parece ser un asunto recurrente. Fíjense si se repite cada año, que las redactoras de Más de Cultura incluyeron hasta 3 veces este concepto en las contraportadas, justamente en abril, mayo y septiembre de 2019 y 2020. No somos nosotras, es la astenia.