Cuando las luces de Trujillo (Cáceres) quedan a lo lejos, en la zona de su casco antiguo el cielo estrellado de Extremadura se abre a los ojos del que quiere mirarlo. Así, ataviados con prismáticos y telescopios, observamos las constelaciones, entendemos sus historias y divisamos su luz añeja. Porque, según nos cuentan, como la luz viaja a una velocidad de  años luz, mirar al cielo es mirar al pasado, porque la luz que vemos es una que existió en otra época. De todo esto nos enteramos en una visita con Légola Servicios Turísticos, especializados en todo tipo de actividades naturales entre las que se encuentra el astroturismo.

En plena crisis del Covid-19, Gabriel Sáez, socio fundador de la empresa, nos cuenta que hasta ellos, sin ser youtubers ni influencers, han tenido que arrimar el hombro para buscar alternativas para poder continuar su actividad hasta que todo se restablezca. Se toma un tiempo para hablar con Más de Cultura sobre estas iniciativas basadas en el respeto a nuestro patrimonio natural y, en concreto, el gran patrimonio natural con el que cuenta Extremadura.

Turismo activo y naturaleza ¿En qué consisten vuestras actividades?

En la empresa vamos a cumplir en breve 20 años de funcionamiento. Cuando surge la empresa nos centramos el ámbito del ocio y el tiempo libre porque era de dónde veníamos y a lo que nos dedicábamos de forma semi-profesional en ese momento. Cuando constituimos la empresa todos teníamos aficiones relacionadas con actividades de la naturaleza o de aventuras, lo único que hicimos fue trasladar nuestros hobbies y nuestras aficiones al ámbito profesional.

«no nos vale decir lo que sabemos si no somos capaces de acreditarlo»

Empezamos a comercializar en Extremadura las primeras actividades que se empezaron a denominar de turismo activo. Como alojamientos con paseos en caballos, actividades de escalada, puenting…todo ese tipo de actividades que hacíamos en nuestro día a día o en nuestro tiempo libre.

También habéis creado ese “El parque de estrellas”.

La astronomía en sí misma no comienza a ser una actividad comercializada al turismo hasta hace relativamente poco. Estamos hablando, quizás, de dos años o tres como mucho.

«ser capaces de enganchar a la gente mientras miran al cielo y generar un contenido didáctico era lo que era más complicado»

Si es cierto que las actividades de la naturaleza llevan algo inherente, que es la contemplación del entorno que nos rodea y cuando estás en un monte o en un campo y llega el atardecer o la noche a todos siempre nos fascinaba mirar al cielo. Y lo hacíamos de forma muy natural porque siempre había estado ahí, pero nunca vimos la posibilidad de que eso pudiese ser un nicho de negocio.

Hace unos dos o tres años empieza a surgir un poco el tema del astroturismo, que es como técnicamente se conoce. Es cuando empezamos a ver que lo conocemos, que nos gusta y que hay un mercado para ello.

Lo primero fue formarnos . Aquí en este país y en el mundo no nos vale decir lo que sabemos si no somos capaces de acreditarlo. Por eso lo que hicimos fue irnos con una de las instituciones más reconocidas a nivel mundial como es la Fundación Starlight. Nos formamos con ellos durante dos semanas y nos sacamos el título de monitores astronómicos Starlight. Era el documento que cuando trabajamos en astro-turismo para las administraciones nos iban a exigir.

El curso, además de darnos una perspectiva un poco más técnica de lo que es el cielo estrellado, nos hace también empezar a buscar recursos para poder acercarlo a la población en general. Mirar el cielo es relativamente sencillo pero ser capaces de enganchar a la gente mientras miran al cielo y generar un contenido didáctico sobre el cielo era lo que era más complicado.

Trabajando esa idea fue cuando dijimos: «bueno, si es necesario una didáctica específica para mirar al cielo, será necesario también un establecimiento especializado para poder mirar al cielo».

«El parque de estrellas de Extremadura es el primer recinto especializado para el turismo astronómico o astroturismo»

Lo podemos ver desde nuestras casas, pero siempre desde un lugar que nos asegure la oscuridad para mejorar la observación, donde dispongamos de herramientas y elementos que nos puedan, con seguridad en el medio natural, hacer una observación mucho más cómoda.

Donde el cliente no tenga que estar con una linterna buscando en el suelo para no tropezarse o donde el cliente pueda encontrar unas sillas o unas mesas donde poder sentarse y al mismo tiempo que está escuchando la observación que le estamos planteando se pueda tomar un vino o un aperitivo, simplemente estar de una manera más cómoda.

Entonces en todo ese argumentario es lo que nos lleva a aplicar lo mismo que cuando hacíamos actividades de aventura y de naturaleza. Decidimos crear nuestro centro de ocio y de aventura y entendimos que la actividad de astronomía también tenía que tener su propio espacio.

Es lo que nos hace crear el parque de estrellas de Extremadura. Que es el primer recinto especializado para el turismo astronómico o astroturismo. No es mas que una finca acotada con todos los medios de seguridad, unos cuartos de baño… Cosas básicas.

«La contaminación lumínica nos perjudica para la observación pero también en el día a día»

Antes quedábamos para hacer observaciones en mitad de la naturaleza, alguien necesitaba ir al baño y no había. Ahora estás en un espacio donde tienes unos cuartos de baño y puedes hacer uso de ellos. Zona de merenderos, zona de bancos. Si quieres complementar esa observación con un café, con una cerveza, un vino o una cena se puede hacer porque el espacio tiene su propio comedor.

Lo hemos hecho un poco más cómodo para que realmente la astronomía sea astroturismo y esté al alcance de todos. Donde puedan ir profesionales amateur de la astronomía, padres y madres con niños y pasar una noche fantástica.

Habéis creado una programación especial: #ContigoEnCasa, por la cuarentena y el Covid-19

Surge de la necesidad de reinventarse. Nos encontramos de la noche a la mañana con una situación un poco complicada en nuestra empresa y en el resto de sectores también. Teníamos una cantidad de reservas ya hasta mayo y junio, un trabajo estructurado y de la noche a la mañana absolutamente todo se ha ido cancelando.

Y percibimos que por decreto de alarma no tenemos otra opción más que quedarnos en casa. Somos ocio y nos ponemos a trabajar en lo que sabemos hacer.

No somos youtubers ni influencers, no habíamos hecho nunca previamente retransmisiones en streaming pero como se suele decir cogemos el toro por los cuernos y nos ponemos a hacer lo mismo que estábamos haciendo en la calle desde un pequeño estudio que nos hemos montado en la oficina.

Comenzamos a dotarlo de algunos contenidos iniciales que creemos que pueden funcionar. La programación de Contigo en Casa va a estar vigente durante el estado de alerta. Lo único que ahora mismo hemos subido a las redes y a la página web de la empresa la programación de las primeras semanas porque queremos recibir feedback de todas las personas que están participando y que nos hagan propuestas de actividades que les apetezca que hagamos.

En breve iremos colgando más programación. Esto no es solo un proyecto de Légola. Todos los monitores y monitoras que trabajan con nosotros en el día a día o de forma estacional se han querido sumar también a iniciativas y están todos arrimando el hombro y proponiendo actividades. Esta semana tenemos ya una actividad programada que va a ser Yoga en casa y en familia. Una de las monitoras se ha ofrecido voluntariamente a hacerla.

Tenemos también un taller de teatro de una de las directoras más importante que tenemos en Extremadura, Virginia Campón, que estrenó una obra hace poco en El gran teatro. Fantasmas de agua.

Todo el mundo va aportando cosas y en los primeros streamings muchos padres nos pedían hacer actividades concretas y eso lo volcaremos en las semanas siguientes.

¿Es importante que en lugares como Extremadura donde el patrimonio natural es tan rico las empresas de turismo velen por él para conservarlo?

Eso es uno de los pilares básicos que debemos mantener como empresa de turismo activo. Es la co-responsabilidad que tenemos con el entorno natural. Somos los primeros que aprovechamos nuestros entornos naturales. Tenemos un marco incomparable para la práctica de estas actividades.

Cuando empezamos a trabajar el astroturismo, una de las cosas que se trabaja y se aborda en todas las observaciones que se hacen con todos los clientes es la conservación de los cielos oscuros o la conservación de los cielos estrellados. La contaminación lumínica nos perjudica para la observación pero también en el día a día

Todo eso es fundamental no solo para nosotros sino porque está demostrado científicamente que la contaminación lumínica afecta a los ritmos de nuestro cuerpo y los altera. A la flora y a la fauna que se encuentra en la naturaleza le está generando un problema de orientación y ecosistemas.

¿Cómo llegaste tú a dedicarte a esto?

Pues mira, con dieciocho años había que buscar financiación para los estudios, para nuestros hobbies, porque vengo de una familia humilde donde nunca nos faltó nada pero no estaban dispuestos a costearnos lo que ellos entendían en ese momento como nuestros caprichos.

Yo venía desde pequeño haciendo muchos campamentos y me gustaba mucho trabajar en el ocio y en el tiempo libre. Así que cuando tuve dieciocho años lo primero que hice mientras empezaba la universidad fue formarme como monitor de ocio y tiempo y libre y empezar a trabajar en verano en campamentos.

Eso me lleva a conocer y a involucrarme en el movimiento asociativo juvenil de Extremadura y en una de esas asociaciones, en el Consejo Local de la Juventud de Cáceres, conocí a Juan Manuel (Fernández), que ahora es el otro socio de la empresa.

«cuando te embarcas en una empresa es el mercado el que manda»

Empezamos a crear nuestras propias estructuras en esa época. Nuestra primera asociación juvenil, nuestra primera escuela de formación de educadores en ocio y tiempo libre y llega un momento en el que ves que lo que estás haciendo ya no es ético porque una asociación no puede hacer lo que estamos haciendo o una escuela tampoco. Por eso decidimos profesionalizarlo. Dar el paso a crear la empresa.

Empezamos con campamentos, fiestas infantiles, animaciones, espectáculos, porque era de dónde veníamos pero poco a poco vamos integrando en la empresa otros elementos que nos gustaban. Yo venía del mundo de la montaña, del mundo de la naturaleza, me encantaba irme todos los fines de semana a escalar, a hacer alpinismo… Entonces empezamos a incluir eso también como servicio de la empresa.

Luego el tiempo nos ha ido dando las pautas de lo que funciona y lo que no. De lo que no tiene nada que ver con Légola y lo que sí. Y hemos ido quitando y poniendo actividades. Al final cuando te embarcas en una empresa es el mercado el que manda y lo que hemos ido haciendo es redirigir la empresa siempre hacia donde el mercado ha ido girando.

Intentando siempre adelantarnos a esos giros. El astroturismo ha sido la última incorporación de servicio que ha tenido la empresa. Cuando hemos visto que había realmente un nicho de mercado. Cuando por parte de las administraciones también se impulsa. Hoy es astro-turismo y mañana será otra cosa.

¿Más de Cultura y menos de qué?

Lo primero que se me viene a la cabeza no es políticamente correcto así que mucha más cultura y siempre la cultura frente a los que intentan reducir esos presupuestos. Porque hay que ajustarse a ciertos patrones y  pretenden quitar precisamente de ahí, de la cultura. Por eso hay que seguir reivindicándola. Todos somos cultura y todos necesitamos de la cultura.