En esta sección «Es lo más» de Lifestyle queremos presentar lugares, tradiciones, experiencias que sean únicas en su categoría.

En esta ocasión traemos a un pueblo que se encuentra a la entrada del Parque Nacional de Cabañeros y se reconoce por las antenas alojadas en la colina que lo jalona: “La Sierra del Santo”.

Hoy hablamos de Los Navalmorales de Toledo para afirmar, ni más ni menos, y siendo conscientes de la osadía de esta afirmación, que es, probablemente, uno de los pueblos con mejores alimentos de toda España.

¿Cómo? ¡Pero qué dice hombre! ¿Es que se ha vuelto usted loco? Nunca oí hablar de él. Pues no, ha leído usted bien, lo que he escrito y voy a argumentar por qué digo esto. Claro que, si usted no está de acuerdo, siempre podrá escribirnos e intentar demostrar que en su pueblo se come mejor.

Madre mía, en menudos jardines nos metemos. En fin, vamos a ello:

1. Aceite de Oliva Virgen Extra
Lo primero que hay que resaltar es la gran calidad de su aceite de oliva virgen extra. Es el buque insignia y abanderado de los alimentos de la localidad. Para hacerse una idea de la importancia que le dan, mencionar que durante el mes de diciembre se ha celebrado una Carrera del aceite. La fiesta de Nochevieja se celebró en las instalaciones municipales del Museo del Aceite y durante el mes de agosto del ya pasado año, se ha celebrado la XXI Edición de la Feria del Olivo, arte y artesanía de Los Navalmorales, una excelente ocasión para conocer la gran calidad y variedad de sus alimentos artesanos.

Mención aparte merece el Aceite de Oliva Virgen Extra producido en la Finca La Pontezuela. Reconocido con numerosos galardones nacionales e internacionales, cabe destacar, por mencionar algunos de una larga lista, la Medalla de Oro en el concurso “Best Olives Oils” celebrado en Nueva York durante los años 2014, 2015 y 2016 y el Mejor Aceite de Oliva Virgen Extra con Denominación de Origen en el “I Concurso Ibérico a la Calidad de los AOVES Premios Mezquita” 2014. Produit Gourmet 2015 en el «Concurso AVPA» celebrado en Francia. Medalla de oro Olive Japan International Extra Virgin Olive Oil Competition 2015. AOVE seleccionado en Der Feinschmecker 2017. EVOOLEUM EVOO Awards 2017, incluido en el Top 100 con 90 puntos.

Más allá del aceite producido en La Pontezuela existen diferentes fábricas y cooperativas que venden Aceite de Oliva Virgen Extra de excepcional calidad a un precio mucho más barato del que pueda suponer. Existe incluso un aceite ecológico de gran calidad.

La aceituna cultivada en estas tierras suele ser de la variedad cornicabra que no da un aceite de color verde como suelen ser los aceites Virgen Extra de otras latitudes, sino un precioso color dorado, lo que lo convierte literalmente en “oro líquido” que usted no debería perderse de ninguna de las maneras.

2. Mazapán
Si hay algún alimento distintivo de Toledo, éste es sin duda el mazapán, en esta provincia se elabora el mejor mazapán del mundo.

Todos ustedes saben de qué estoy hablando y creen conocer el mazapán, sin embargo muchas personas no habrán comido auténtico mazapán en toda su vida, sino una versión industrializada de este alimento que en algunas ocasiones lleva hasta fécula de patata y que curiosamente lleva el mismo nombre que el auténtico.

El mazapán que se elabora en Los Navalmorales de Toledo se elabora con almendras del terreno circundante, es totalmente un alimento de proximidad igual que el aceite de oliva. Sin embargo lo que les diferencia de otros mazapanes artesanos y totalmente naturales es que se incluye una pequeña proporción de almendra amarga que le da ese sabor tan característico y especial.

Sobre los múltiples beneficios que tiene este alimento para la salud, mencionar que la almendra es uno de los mejores alimentos naturales, ayuda a combatir el estrés relajando el cuerpo, contribuye a mejorar la salud cardiovascular, previene la osteoporosis con su aporte de calcio, es una fuente de aminoácidos esenciales y de proteínas de origen vegetal, previene la diabetes y equilibra el colesterol HDL y LDL.

Aquí cabe destacar el Obrador El Menor, por la excepcional calidad de sus productos y su larga tradición elaborando mazapán y otros dulces a base de almendras en su horno de leña alimentado con encina y jara. Sus productos han llegado a lugares tan dispares como Estados Unidos, Rusia y Japón. Como curiosidad podemos decir que Fidel Castro probó sus exquisitas anguilas de mazapán y además se rumorea que es uno de los mazapanes favoritos de la Casa Real Española.

Foto de Tamorlan

Exportan sus productos a Cataluña, País Vasco, Castilla y León y La Rioja, además de otros cientos de kilos que llegan por encargos de manera particular a otras comunidades autónomas como Madrid o Andalucía.
Entre otras condecoraciones han recibido la Medalla al Mérito profesional en 1999 y la Estrella Internacional a la Calidad y la Excelencia.

Hay que destacar que el obrador Mazapanes Valdepusa ha conseguido en pocos años elaborar un mazapán de calidad muy similar, con la particularidad de que en este obrador trabajan exclusivamente mujeres, con lo que brindan una gran oportunidad para aquellas personas interesadas en mitigar las desigualdades de género, algo aún más acentuado en el mundo rural.

3. Cocido
Con la salvedad de un bebé durante su primer año de vida por parte de su madre o durante sus primeros 20 años por parte de su abuela, nada se mima aquí tanto como el cocido. (Que curiosamente solemos cocinar más los hombres, tal vez sea para sacar esa maravillosa sensación de cuidar con todo el mimo de algo en la intimidad del hogar).

Un cocido hecho aquí dura, mínimo 24 horas. Si usted quiere comer cocido en uno de los restaurantes de la localidad lo tiene que reservar con dicho plazo de antelación, si no, no se lo servirán. Se elabora con garbanzos del terreno, predrosillanos, de los pequeños –algún lugar famoso por su cocido hay en Madrid en donde a precios astronómicos cobran garbanzos del tamaño de huevos de codorniz-. El cocido está cociendo durante toda la noche y todo el día después de haber pasado sus pertinentes ocho horas en remojo, no llega nunca a hervir, solo cuece, con una pequeña burbuja, todos los ingredientes allí mezclados, hueso de jamón, espinazo, verduras, carne, se convierten mediante un proceso alquímico en el maravilloso cocido.

Es verdad que los tiempos cambian y ya no se cocina como antes, la juventud está echada a perder etc, etc. Ya no hace falta levantarse a las 3 y a las 7 de la madrugada a mover la paja para que no se apaguen las brasas, basta con poner un ladrillo reflectante entre el fuego y el puchero de barro, pero se nota cuando el garbanzo ha cogido a fuego lento el sabor de todas y cada una de las sustancias que se han metido en el puchero.

Voy a contar un secreto para los poco experimentados: Ir a una buena carnicería y comprar un hueso de espinazo salado y se lo añadís a vuestro cocido habitual. Ahí radica, en muchos casos, la diferencia.

Para ir a comer cocido recomendamos reservar en alguno de los dos hermanos pelones, Miguel o Carlos, quizá la experiencia sea un poco más autentica donde Carlos Pelón, en el Mesón Pelón I, por tener un mobiliario más propio de un mesón con sus muebles de madera maciza, aunque en cualquiera de los dos serán muy bien tratados y podrán degustar un cocido completo con café y postre por unos 15 € por persona.

¿Les vamos convenciendo de que en este pequeño pueblo castellano existen auténticos Alimentos de Reyes? Si no es así aún, continuaremos intentándolo en el próximo artículo…