Hablamos con Alicia G. Núñez de su último libro, Parabellum (editado por Bala Perdida Editorial) para asomarnos a sus poemas, que como Alicia comenta son reflexiones sobre el desamor, el género y la salud mental. Pero además de poesía, con Alicia G. Núñez hemos acabado hablando de música electrónica y regalos de Navidad.

– Empezamos por el principio, ¿qué tal estás?

Muy bien, gracias por preguntar. Con muchas cuestiones entre manos, y feliz pese a la luna llena en Marte y esas minucias, ejem.

– Leemos en tu bio que eres performer, gestora cultural y de igualdad, poeta, y un largo etcétera. ¿Quién de estas Alicia G. Núñez va a contestar este cuestionario?

La periodista, para intentar coger bien el tono del cuestionario 🙂

– Tu último libro es Parabellum. ¿Qué podemos encontrar bajo este título?

Suelo definirlo como una ruptura anticipada en verso. También puedo decir que al final y al cabo son reflexiones sobre el desamor, el género y la salud mental.

– Si tuvieras que elegir un poema para presentar el libro a alguien que no conozca tu trabajo, ¿cuál elegirías?

Umh… Me resultaría difícil elegir, así que tengo dos respuestas.

  1. Resultado de hacer scroll de manera random sobre la maqueta:

¿Hasta cuándo

vivirás la vida

–de cualquier otra

que crees ser tú–?

  1. El que da nombre al poemario:

Las noches son la pérdida,
el aire viciado se carga
en ellas como una bala, calibre
nueve milímetros Parabellum,
la más común.
Te hiere casi hondo, lo justo
para no provocar la muerte:
ejerce su cometido,
perdida te halla en el baño.

– Con las Navidades a la vuelta de la esquina, ¿a quién te gustaría regalarle este libro?

A la Zowi. Sí, a la madre del trap.

– ¿Cómo ha sido tu proceso de trabajo para este libro?

Trabajo con procesos largos debido a… ¿que no paro? Jajaja. Tengo también una banda de poesía y arte sonoro llamada Littio X y los tiempos de producción en esta sociedad del trabajo a 40 horas a la semana (o más, si eres autónomo o entregado, o se requieren horas extras) no dan mucho margen. Es por eso que voy anotando en libretas, siempre a mano, poemas que tiempo después corrijo y compacto en una temática común. En este caso lo que creía que era el libro lo tenía hace años trabajado, pero al volver sobre él para cerrarlo pensé en meter los greatest hits de mi poesía como yo los llamo en tono de broma. Es decir, los poemas que había olvidado porque ya había “publicado con la voz” en diferentes lecturas. Poemas concebidos para ser leídos, en realidad, y por su ritmo.

– Ana Quiroga, productora musical ha creado un epílogo sonoro del libro. ¿Cómo llega Ana a acercarse a Parabellum?

Por mi relación con la música electrónica y experimental. Siempre he incluido fragmentos de canciones o listas de reproducción en mis libros de poesía, está totalmente conectada con la música. A veces las canciones han sido el motivo del poema. También porque quería realizar un homenaje a las amigas, en este caso lo que llamé (en referencia a Alejandra Pizarnik) “las intercesoras”, incluyendo textos de introducción, poemas, epílogo, de otras personas. Y, sobre todo, porque Ana es una gran amiga desde hace años y una productora y diseñadora de sonido excelente.

Alicia G. Núñez: «Ha cambiado el perfil de quien lee poesía, pero también las formas de editarla»

– ¿Crees que la poesía está viviendo una burbuja de éxito? ¿Ha cambiado el perfil de los lectores de poesía?

La poesía tuit, que le llamo yo para resumir, quizá. Y precisamente ésta creo que ha abierto camino de algún modo, para que se haya perdido en algo el miedo que se le ha tenido siempre al género, por incomprensible o intrincado. Ha cambiado el perfil de quien lee poesía, pero también las formas de editarla, los parámetros bajo los que se edita. Y también han nacido grandes editoriales o se han consolidado otras más underground después de años.

– Alejándonos un poco de Parabellum, pero no mucho, formas parte de Littio X junto con Ángela Gemio. ¿Cómo surge este proyecto?

Este proyecto viene de otro anterior llamado VOCDAT, en el que realizaba sets de spoken work con dos músicos experimentados de arte sonoro, Xavier Camps y Daniel Álvarez. Con ellos empecé a investigar en clave de sonido mi voz. Luego se unió Ángela, poeta y artista plástica y sonora. Cuando la banda se disolvió, ella y yo quisimos continuar con la experimentación sonora en clave poética. Así nació Littio X. Tiempo más tarde se unió el músico Leit, Leonardo Argüello.

– ¿Hay alguna disciplina artística que tengas pendiente?

Considerando que dibujo peor que cuando tenía 3 años: creo que no, jajja. ¡Pero nunca se sabe! Bueno, sí, quizá el diseño, la poesía visual creada con herramientas digitales. Es algo que siempre me ha rondado.

– ¿Puedes adelantarnos algunos planes de futuro que tengas?

Presentar Parabellum en mi ciudad, Elche, y de nuevo en Barcelona, para darle algo de recorrido al libro. Trabajar en el próximo poemario y seguir cacharreando, disfrutar de colaboraciones y mutaciones sonoras con otras artistas. La X de Littio X siempre fue la incógnita a despejar a través de colaboraciones.

– ¿Qué referentes tienes tanto profesional como en lo personal?

Podría tirarme un name-dropping y quedarme tan ancha, pero creo que es de justicia decir que hay una persona que resume ambos perfiles en este sentido, el personal y el profesional: mi madre. Por su amor por las personas, y por su seriedad.

– ¿Nos puedes recomendar el último libro, canción, película, obra de teatro o cualquier expresión artística que te haya emocionado?

Invocación a las mayorías silenciosas me emocionó como pocos poemarios lo hacen, de Paloma Chen, editado por Letraversal.

– Nuestra revista se llama Más de Cultura, por eso, nos gusta preguntar, ¿Más de Cultura y menos de…?

Menos de capitalismo salvaje y falta de empatía.

¡Gracias Alicia G. Núñez por tu tiempo!