Lectura de verano

Recomendamos, como lectura de verano, un bestseller con altas dosis de intriga y terror. De inicio rotundo -un hombre se pasea desnudo con la cabeza de una mujer en la mano- sólo es el principio, nada premonitorio, de la punta del iceberg bajo el que se oculta una madeja revuelta de relaciones humanas, pasiones y ritos.

Heredera de relatos de terror poco convencionales y menos previsibles, nos presenta a un autor –Javier Castillo– que comenzó su carrera literaria con esta novela -antes fue consultor financiero- y ya va por la tercera: Todo lo que sucedió con Miranda Huff

La que presentamos hoy, El día que se perdió la cordura, contiene la fascinación de que lo más atroz puede ocurrir en la situación más cotidiana y en la mente del personaje más anodino.

Dice Javier Castillo que sus historias parten de un background donde se amontona todo lo que lee, ve y escucha, pero también de los «sueños raros» que suele tener. Admirador de Agatha Christie, Paul Auster, Gabriel García Márquez y por supuesto de Stephen King o Joel Dicker, el autor echa mano de su prolífica imaginación para su proceso de creación literaria.

Literatura y cine

Mucho de universo cinematográfico trasciende en las páginas de El día que se perdió la cordura. Ciertas evocaciones a El silencio de los corderos de Jonathan Demme basada en el libro de Thomas Harris y de Blue in the face película de Wayne Wang que comparte dirección y guión con Paul Auster. El lugar donde se desarrolla la trama de esta novela, Canadá y EEUU, también ayuda a encontrar esas referencias de lujo. Tanta cinematografía destila El día que se perdió la cordura, que ya está puesta en marcha su adaptación a la pantalla, en formato serie de TV.

Javier Castillo logró convertir esta novela en bestseller y abrazar con estusiasmo su recién estrenada carrera como escritor. Después llegaría El día que se perdió el amor y, la que ya mencionábamos Todo lo que sucedió con Miranda Huff. Nos alegramos de contar con un escritor malagueño que por estilo, agudeza y giros dramáticos se está convirtiendo en nuestro propio Joel Dicker. Y eso, siempre, será una buena noticia. El suspense está servido.

El día que se perdió la locura

Javier Castillo

Editorial SUMA

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