Ledicia Costas es abogada y escritora. Con casi una veintena de libros infantiles y juveniles en su haber, Ledicia también da el salto a la escritura para adultos. Hablamos con ella del mundo editorial, de literatura infantil y de mucho más.

¿Quién es Ledicia Costas además de la escritora de novelas?

Una licenciada en Derecho que cambió las leyes por historias de fantasía.

¿Cuándo te diste cuenta que querías dedicarte por completo al mundo de la literatura?

En realidad, lo supe desde siempre. Lo que sucede es que tomar una decisión así requiere su tiempo. Lo decidí en el año 2013. Dejé el despacho de abogados en el que trabajaba y aposté al 100% por la literatura.

A lo largo de tu carrera literaria has recibido un buen puñado de premios. ¿Qué significan estos reconocimientos para ti?

Los premios me han abierto muchas puertas y, en algún caso, también han sido un importante sustento económico precisamente para dar ese paso hacia la profesionalización.

Infamia” es tu última novela. ¿Qué nos vamos a encontrar en estas páginas?

Infamia es una novela escrita con rabia, que habla en gran medida de algunos de los puntos más oscuros de nuestra sociedad: la violencia contra las mujeres y la violencia en la infancia. También de corrupción, de abuso de poder y de cómo una víctima puede acabar convirtiéndose en un verdugo.

“Escarlatina, a cociñeira defunta” es uno de los libros más reconocidos que tienes en tu haber. ¿Qué se siente habiendo creado un personaje ya mítico en la literatura infantil?

Con respecto a Escarlatina siento, sobre todo, agradecimiento. Es curioso, porque es mi propio personaje. Pero es que gracias a ella me han pasado cosas muy importantes.

¿Hay temas de los que no se puede hablar en la literatura infantil?

Creo que la clave no es el tema, sino la forma. El cómo. ¿Cómo hablarle de la muerte a un público infantil? ¿Cómo hablarle a ese público de cuestiones controvertidas cuando, en la vida real, parece que tratamos de encerrarlos dentro de una burbuja? La literatura infantil no tiene más límites que el que les imponen sus propios creadores.

¿Es distinto el proceso creativo cuando hablamos de literatura infantil/juvenil y la literatura para adultos?

En mi caso el proceso creativo es idéntico. No existe otra fórmula para escribir que pasar horas delante de la pantalla del ordenador, independientemente de si es una obra para público infantil o para público adulto.

¿Notas algún cambio en el mundo editorial desde que sacaste tu primera novela hasta hoy?

Cuando publiqué mi primera novela acababa de terminar el instituto. No tenía ni la más remota idea de cómo funcionaba el mundo editorial. No sabía nada de tiradas, de reimpresiones, de promoción, de negociar contratos… Es algo que he ido aprendiendo con los años. Lo que sí es cierto es que tengo la sensación de que me he perdido una especie de época dorada en la que se imprimían tiradas de miles y miles de ejemplares. Muchos editores me hablan de esos años con nostalgia.

Ledicia Costas: en todas mis novelas hay más de realidad que de ficción

Momento de confesar la verdad… ¿cuánto hay de personas reales en los protagonistas de tus novelas?

Digamos que en todas mis novelas hay más de realidad que de ficción. Incluso en mis obras de fantasía más pura. Escribo siempre con los pies en el mundo real, y eso supone que mis personajes se inspiran en gran medida en personas que conozco.

¿Cómo convive una escritora actual con los libros gratuitos que puede encontrar en Internet?

Hay instalada en la sociedad la idea de que la cultura tiene que ser gratis. A nadie le parece estar perjudicando a otra persona por descargarse un pdf desde una plataforma ilegal. Mucha gente me escribe pidiéndome libros gratis. Incluso desde otros países: “¿Ledicia, podrías enviarme tal libro?” Existe una especie de pensamiento generalizado que nos considera una ONG.

¿Qué no le puede faltar a una buena historia?

Emoción. Un libro sin emoción no tiene alma. Está vacío.

¿Cuáles son tus referentes? Tanto personales como profesionales.

Cada vez me cuesta más hablar de referentes. No me siento cómoda dando nombres porque creo que, al final, a una escritora no le queda más remedio que hacerse a sí misma. Eso sí: siempre con la mirada puesta en las obras que he leído y que me cautivaron de niña. Probablemente, sin esos libros, docenas de ellos, hoy no sería escritora.

Vemos en tus redes sociales tu descripción de “Cazo vampiros, alimento unicornios”. ¿Qué significa esta bio?

Son dos seres míticos que me fascinan. De adolescente devoré toda la literatura de vampiros a la que tuve acceso. Eso me hizo amante de lo gótico y también de lo macabro. Lo de alimentar unicornios es como alimentar sueños. Creo que eso me define bastante bien.

¿Planes de futuro para Ledicia Costas?

No parar de escribir y poder seguir dedicándome por completo a esta profesión tan maravillosa.

¿Puedes recomendarnos el último libro, canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que te haya emocionado?

He descubierto recientemente una serie que me ha cautivado: La maravillosa señora Maisel. Una comedia deliciosa.

Nuestra revista se llama Más de Cultura, por lo que nos gusta preguntar, Más de Cultura y ¿menos de…?

Más de Cultura y menos de palabrería.