Ya está aquí el 23 de abril. Día de la cultura por excelencia, como decía aquel: «Todo está en los libros» -la pintura, la escultura, la fotografía, incluso la música queda impresa, escrita- Hoy señoras y señores es el Día Internacional del Libro.

El porqué de la fecha ya sabemos que se adjudicó por la coincidencia en el fallecimiento de dos de los grandes referentes de la literatura mundial: William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Y para conmemorarlo, cada año, nos encontramos con millones de propuestas de libros: clásicos para revisar, novedades para descubrir…

Pero si optamos por darle la vuelta al asunto, podemos preguntarnos ¿qué libros leían estos dos grandes? ¿qué lecturas conmovían a Shakespeare y a Cervantes, qué historias les inspiraron, cuáles fueron sus referentes?.

Parece que al insigne autor español le encantaba la poesía, entre sus autores preferidos: Garcilaso de la Vega o Francisco de Aldana. Y cómo no, era un auténtico fan de textos de caballería  o romances con historias épicas, además de textos teatrales, mejor si eran en verso: Juan de la Cueva o Guillén de Castro fueron dramaturgos muy seguidos por Cervantes.

Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma mismo os quiero.

Cuando tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero. Garcilaso de la Vega.

Sobre Shakespeare también se han conocido algunas de las obras que no sólo disfrutaba, sino que incluso subrayaba y en sus márgenes, anotaba impresiones que después le ayudaban a construir sus propias obras magnas. «Las Historias Trágicas» del francés François de Belleforest, es una de ellas y narra una historia que se asemeja en su contenido a su posterior Hamlet.

Anotaciones al margen atribuidas a Shakespeare en el libro Historias Trágicas

Anotaciones al margen atribuidas a Shakespeare en el libro Historias Trágicas

También un manuscrito inédito escrito a finales del siglo XVI por George North, embajador de Suecia durante la monarquía de Isabel I de Inglaterra, parece que se convirtió en fuente de inspiración para el genio británico. Su título «Un discurso breve acerca de la rebelión y los rebeldes» y un brillante contenido, alumbró las historias de El rey Lear, Macbeth o Ricardo III, incluso aseguran los investigadores que descubrieron el manuscrito: «Influye en el lenguaje, da forma a las escenas y, hasta cierto punto, influye en la filosofía de sus obras».

Ya ven, sin desmerecer en absoluto el talento de estos grandes genios de la literatura universal, también ellos fueron excelentes lectores y se dejaron inspirar por quienes les asombraron.

Aprendamos también esta lección de nuestros referentes, no dejemos de leer, inspirarnos y seremos un poco más felices. Feliz Día del Libro.