La conciencia sobre el medio ambiente y sensibilidad hacia los animales, afortunadamente, ha dejado de ser característico de una minoría. A lo largo y ancho del mundo las voces disonantes hacia la crueldad animal, el despilfarro y la basura que colman océanos y bosques, se multiplican. Es tan evidente el maltrato que infringimos al planeta que las reacciones son cada vez más categóricas.

Ya decía Jacques Costeau «La gente protege aquello que ama. Pero solo amamos aquello que conocemos». Partiendo de esta importante premisa hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, recomendamos el fantástico libro del filósofo Santiago Beruete: Verdolatría. La naturaleza nos enseña a ser humanos.

Parece que a estas alturas ya conocemos de sobra el mundo natural que nos rodea, bien por experiencia propia o ajena, pero esto está lejos de ser cierto. O al menos no somos conscientes del vínculo tan estrecho que nos une. El autor de Verdolatría lanza una serie de reflexiones sobre esta relación íntima del ser humano con lo natural -deteníendose especialmente en el mundo vegetal y mostrándonos hasta qué punto lo desconocemos.

¿Sabían que la palabra «humildad» procede de «humus» -tierra? ¿O que el 99,7% de la biomasa del planeta es vegetal y el pequeño porcentaje que resta, animal?

En un momento de Verdolatría, el autor pasea por algunos lugares donde la naturaleza se manifiesta de manera rotunda. Es el caso del jardín de Versalles y comenta:

«Allí llevaba Luis XIV a los embajadores extranjeros para infundirles temor. Los extranjeros se iban con la impresión de que si el rey era capaz de dominar así la naturaleza, qué no haría con sus países»

En este sentido Verdolatría se detiene en la simbología que se ha desarrollado alrededor de las plantas y cómo forma parte de nuestro día a día. Sabemos que una rosa roja es símbolo de pasión y de esta manera la entregamos, o compramos crisantemos para el rito funerario.

Son muchos y muy diversos los aspectos que Santiago Veruete pone encima de la mesa con Verdolatría, su segundo tratado después de «Jardinosofía». Porque lo cierto es que bajo el asfalto bulle la naturaleza y a veces nos vemos obligados a que revedezca para sanarnos o a acercarnos irremediablemente a ella.

«Los urbanitas vuelven a la naturaleza para recuperar sus ritmos vitales porque sienten que se están perdiendo algo. El tiempo en la naturaleza es otro y reconecta con nuestros ritmos vitales».

No lo duden, somos naturaleza y se nos olvida, por tanto animémonos a conocerla para poder cuidarla y de paso cuidarnos. Aunque parezca mentira, según el autor:

«En alguna parte de nuestro cerebro, añoramos el bosque».

Verdolatría

Autor: Santiago Beruete

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