Tener un plan lo es todo. Bueno, todo todo no… pero ya es mucho.

Tener un plan significa marcarse unos objetivos, ser conscientes de lo que somos, y lo que queremos llegar a ser. Tener un plan es poseer unas guías que aunque no veamos, podemos ir siguiendo. Tener un plan es saber qué tiene que hacer quién y cuándo. No es de extrañar que en aquella serie tan ochentera como “El Equipo A”, el cabecilla del grupo siempre preparase una estrategia para solucionar el problema en cada capítulo. Si hasta estos cuatro hombres buscados por el Gobierno siempre tenían un plan, es el momento de plantearse qué estamos haciendo.

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Si queremos ser nosotros los que digamos aquello de “Me gusta que los planes salgan bien” hay que empezar a trabajar. En Social Media no iba a ser menos. Obviamente tenemos que partir de la estrategia existente, porque si no existe una empresarial y de marketing, mal vamos. Y es que la estrategia de Social Media es una de las patas del proyecto de vida del negocio que tenemos entre manos.

El primer punto y fundamental a la hora de dar los primeros pasos es por escrito los objetivos tanto generales como específicos. Saber qué queremos hacer nos ayudará a conseguirlo, y a revisar si al cabo de un tiempo hemos conseguido llegar hasta ellos.

Tras saber los objetivos hay que hacer un análisis en profundidad. Un análisis que nos lleve a conocernos a nosotros, buscarnos en Google, ver qué imagen tienen los usuarios de nosotros… pero no hay que olvidarnos del público objetivo. ¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Qué necesitan? No te olvides de la competencia, saber qué hacen es una buena manera de adelantarse a ellos. Y por supuesto, un DAFO siempre será nuestro gran aliado.

Otro apéndice a estudiar es el de qué recursos tenemos. En el sentido de recursos humanos (contaremos con una persona que se dedique a esto en exclusiva, será un grupo colaborativo, contrataremos una empresa externa…), económicos (cuánto presupuesto tenemos) e incluso de tiempo y dedicación.

Espera, que no está todo hecho… ¿hemos pensado qué queremos transmitir de nosotros mismos? Hay que tener claro con qué filosofía nos enfrentamos a la realidad, cuáles son nuestros valores e incluso cómo nos vamos a diferenciar. Todos estos apuntes nos facilitarán el camino.

Tras plantearnos todo esto hay que ver el plan de actuación, qué podemos decir, cómo, en qué plataformas… No vale con abrirse una página de Facebook de tu negocio o una cuenta en Twitter y ponerse a hablar de nosotros sin tregua. La estrategia hay que convertirla en tácticas, y pensar en campañas… Pero de esto ya hablaremos otro día, con más tranquilidad y en otro post.