El brócoli, del italiano broccoli (brote). Esa planta verde que parece amarga y resulta dulce; que parece áspera y es melosa; que al ser verde está en la cumbre de los alimentos saludables y que te pone a prueba ante el paladar de los niños… esa planta tiene además una leyenda urbana difícilmente sostenible pero muy graciosa.

Albert Romolo Broccoli, abro paréntesis y ahora voy con la leyenda,  fan de las novelas de Ian Fleming, fue el productor de las primeras 16 películas de la saga 007, esos títulos inolvidables: Dr. No, Desde Rusia con amor,  Goldfinger, Sólo se vive dos veces, Diamantes para la eternidad, La espía que me amó…y así hasta 16 títulos encarnados consecutivamente por Sean Connery, Roger Moore, Timothy Dalton…hasta llegar a Licencia para matar, último título producido por él antes de pasar el testigo profesional a su hija Bárbara Broccoli.

Pues bien Albert, familiarmente conocido como Cubby, desde luego encumbró su apellido en la historia de la cinematografía. Alabado por la industria y recompensada su propuesta, multimillonariamente hablando, no se puede decir que su nombre y apellidos hayan pasado sin pena ni gloria…

Sin embargo, cuenta la leyenda que Cubby no sólo quiso ser recordado por 007, parece que afirmaba con vehemencia que en 1870 fue uno de sus tíos quien introdujo las primeras semillas de brócoli en Norteamérica. Personalmente me resultaría maravilloso que esto fuera así, ofreciendo una concordancia fantástica del apellido del reputado productor con la planta y cómo, en ambos sentidos, «brotaron» prolíficamente tantas películas de James Bond como arbolitos puede contener este familiar de la coliflor y el repollo.

La leyenda por sí misma ya es curiosa, quizá no hubiera sido necesario abundar en el tema y que otros comentaran en internet que los antepasados de Cubby crearon el brócoli combinando la coliflor con los guisantes… Asumamos que Cubby lanzó la historia, quizá con el mismo sentido del humor con el que le acuñaron un apelativo que viene a significar: cubículo o casillero. Cuando Cubby y su tamaño no responden precisamente a ese mínimo espacio.