¿Cuántas veces nos hemos planteado dejar de leer ciertas noticias porque nos afectaban de manera negativa? Tras el confinamiento y con la pandemia todavía en activo, somos muchos y muchas los que nos debatimos entre la seguridad de estar informados y las ganas de desconectarnos del mundo. El doomscrolling es una práctica relacionada que consiste en la adicción de consumir información negativa de forma continuada en la red.

Tanto tiempo encerrados entre las paredes de nuestra casa ha hecho que cojamos hábitos que presentan un doble rasero. Nos hemos acostumbrado a tener todo a golpe de click y cada vez más, la vida digital nos está consumiendo. Ya no sólo en la forma de relacionarnos sino en cómo consumimos la información. Cada día asimilamos un mayor número de noticias en menos tiempo, y tantos meses recibiendo noticias cada vez más catastróficas no ha ayudado.

El doomscrolling aparece en el momento en el que necesitamos buscar respuestas a las situaciones que nos ha tocado vivir (la pandemia, la inflación, el cambio climático…). Nuestra naturaleza nos obliga a buscar la mejor forma de adaptarnos a las condiciones de supervivencia que se presenten y a día de hoy, las respuestas a esa adaptación se encuentran a golpe de click.

¿Qué podemos hacer para evitar el doomscrolling?

Lo primero de todo sería ser conscientes de que tenemos un problema, pero si has llegado hasta aquí con la lectura, probablemente pienses que sí lo tienes. Después vendría admitir que hay vida más allá de las redes sociales y que de vez en cuando viene bien desconectar. Fija una hora en la que dejar a un lado el teléfono y concéntrate en otras tareas que no requieran utilizarlo, por ejemplo en leer un libro (en MDC tenemos muchas recomendaciones).
Y evitando el calor en las horas centrales del día, aprovecha para dar un paseo como aquellos que dábamos cuando no podíamos salir de casa.