La subida en el precio de los combustibles a niveles desorbitados ha propiciado que se acelere la búsqueda de nuevas alternativas. Entre ellas, coge carrerilla el llamado «retrofit». Esta técnica consiste en la transformación de un vehículo de combustión interna en uno puramente eléctrico. Con esta deconstrucción y reutilización conseguimos reducir el impacto ambiental y aumentamos el ciclo de vida de los materiales. Muchos y muchas estaréis pensando en customizar coches clásicos como el mítico «Lada», que ha despertado interés entre los jóvenes de la ciudad de Tolyatti (donde se encontraba la fábrica). Lo retrata de una forma muy cercana Laura Sisteró en su documental Tolyatti Adrift. Ya sea por precariedad o por romanticismo, lo cierto es que el retrofit se le puede aplicar también a vehículos más modernos.

En España contamos con la iniciativa Ecoche, creada por la asociación sin ánimo de lucro Multihabitar. Jose Milara y Mario Fernández trabajan desde el ámbito local para generar una red de innovación global de empresas rurales que compitan a nivel de mercado. Desde la propia organización, también realizan talleres dirigidos a autónomos y Pymes que quieran conocer esta técnica.

En Europa, la práctica del retrofit está más extendida, y los trámites de homologación de los vehículos son menos laboriosos que en España. Aquí es legal y se puede hacer en un taller autorizado, siempre y cuando el coche tenga más de cinco años y tres en el caso de las motos. El único inconveniente, es que la normativa impide instalar motores de mayor potencia que el que llevaba el vehículo de serie. Si quisiéramos aumentarlo, tendríamos que modificar otras piezas que garantizaran la seguridad, con su correspondiente subida de precio.

Desde 2020, Francia ha legalizado y regulado la conversión de un coche viejo o clásico en uno eléctrico de batería o de pila de combustible. Además, también se conceden ayudas para su transformación. En 2030, Renault plantea haber transformado una flota de cien mil coches en eléctricos, dando trabajo a unos tres mil operarios.

En Reino Unido, el exfutbolista David Beckham se ha convertido en socio de la empresa Lunaz Design. Una dedicada a la restauración, electrificación y mejora de coches clásicos. Con una autonomía equiparable a los vehículos eléctricos contemporáneos, dirección asistida, aire acondicionado, frenos y suspensión mejorados y hasta el Apple Car Play instalado. Además, la tecnología que utilizan para esta transformación está patentada por ellos mismos. Su buque insignia es el Bentley Continental Flying Spur de 1961 restaurado y reacondicionado, que ganó en los TopGear EV Awards.