Se aproxima Halloween y hay que ir haciéndose con un buen disfraz.  Por herencia yankee, de repente, la gente se desvive por hacer manualidades. Sin embargo, hoy les hablamos de otra tradición heredada, que tiene que ver con las manualides y los disfraces, pero con otros motivos distintos de diversión, aquí hay truco y, sobretodo, trato, es el Kokigami.

El Kokigami es un juego erótico de origen japonés que consiste, básicamente, en envolver el pene con un disfraz de papel para sorprender a la pareja. Una especie de papel de envoltorio con figuritas en las que el «paquete» está dentro.

Encuentra su origen en la unión de dos palabras japonesas. Por un lado koki, que da nombre a un pañuelo que llevan los actores alrededor de la cintura cubriendo la zona genital y gamia, que significa papel. La tradición viene del siglo VII, no se vayan a creer que esto es una cosa de nuestra era, estaba de moda entre la aristocracia nipona de la época, que en las noches «especiales» se divertía envolviendo el miembro del marido con este tipo de diseños.

Por aquel entonces los japoneses practicaban el tsutsumi o arte de envolver. Cuando se encontraban en el dormitorio, se envolvían el pene con pañuelos de seda y cintas y luego lo ofrecían a sus amantes como regalo. El placer precisamente residía en que el amante lo fuera desenvolviendo con mucho cuidado para no romper ni las telas, ni las cintas.

Reconvertida  en toda una práctica sexual, en En 1989, los autores Burton Silver y Heather Busch publicaron un libro titulado [amazon_textlink asin=’0898153972′ text=’Kokigami, El arte íntimo del pequeño disfraz de papel‘ template=’ProductLink’ store=’masdecultura-21′ marketplace=’ES’ link_id=’c8b92a81-da05-11e8-8418-15c37cac6025′], que contenía modelos de decoraciones de pene para cortar y doblar.

Los diseños más solicitados, todos los relacionados con los animales y las aves. Sin embargo, la práctica resulta tan atractiva que marcas como Durex se han sumado al carro haciendo sus propios diseños, como este de un Esmoquin.

 

Aunque es una práctica que podría ser considerada muy avanzada para la época, hoy, con los numerosos estímulos como las aplicaciones, o los shows en directo, quizá ya no seamos tan impresionables. Sin embargo, no nos negarán que es un regalo, cuanto menos, original.