Fotografía: Acrílico y óleo sobre tabla, «Si ya tienes la foto para que las pintas». De Marta Ruiz Anguera.

Gracias a la ilustración de Luna Pan conocemos la fotografía de Alina Nadolu. Esta última nos introduce en el mundo de Marta Ruiz Anguera (@martaruizanguera). Ya nos lo advertía: «aúna un enorme destreza pictórica con el arte conceptual». Y desde luego que no habíamos visto algo así antes.

Esta joven mallorquina de 22 años se encuentra en pleno proceso de creación tras terminar la carrera de Bellas Artes. Consciente de nuestra dependencia con las Redes Sociales, vivir apartada del mundo en un monte sin apenas cobertura no le ha impedido dedicar su arte a ellas.

Su técnica es tradicional, su estilo no. Como la inspiración que nace de una conversación Esta entrevista, empieza así.

¿De dónde viene tu interés por el arte?

Empecé en el mundo del arte a través de la música. Mis padres siempre me animaron a hacer actividades extra escolares. Iba a clases de pintura cuando tenía 6 años, pero siempre era algo como un hobbie. Nunca me lo había tomado como mi vocación.

Empecé con 10 años a tocar el piano y era algo que a mí me apasionaba pero no acababa de engancharme del todo. No fue hasta que empecé a ir a una academia de pintura a los 16. La guiaba un profesor, Gabriel Vilanova, y con dos meses fue suficiente para que encontrara mi vocación gracias a él.

Empecé a través de la pintura desde una rama muy tradicional, figurativa y realista. En Bellas Artes me dicen que trabajo como una impresora, que empiezo por un lado y voy rellenando hasta que está acabado.

 

Tu arte no es para nada lo que estamos acostumbrados a ver…hay retratos, hay esbozos y hasta conversaciones en una red social…

Como he vivido en Mallorca, siempre apartada del mundo, en el monte, desde muy pequeña he tenido siempre tiempo para perderme y mirar todos los detalles. Es algo que a mí me obsesiona. La perfección y el buscar  para captarlo todo.

«Internet es, a día de hoy, la principal plataforma de divulgación artística»

Para mí eso sufrió un choque cuando me fui a estudiar a Valencia. Usaba poco Internet y empecé a usar las redes sociales como plataforma de divulgación, porque para darme a conocer era la manera más rápida. Esto tuvo un choque en mi manera de crear porque las cosas iban muy rápido y me colapsó.

Estos 4 años lo que he estado haciendo es encontrar diferentes frentes a través de los cuales poder afrontar o reflexionar sobre la creación artística teniendo en cuenta que Internet es, a día de hoy, la principal plataforma de divulgación artística.

Nosotros, como artistas, sabemos que al final nuestra obra va a acabar reducida en una imagen que va a ser consumida en tan solo un segundo.  Tuve que ser consciente de eso y crear de alguna manera contenido que se pueda adecuar a esas plataformas, donde van a ser consumidas y también que reunieran la parte más mía tradicional y pictórica que a mi me encanta.

Parece que cuando quieres unir tecnología, redes sociales y pintura no hay hueco y estoy haciendo malabares para encontrar la manera de expresarme uniendo todas estas cosas.

Ok Google llévame a casa. Acrílico sobre tabla.

Ok Google llévame a casa. Acrílico sobre tabla.

Lo que más llama la atención es precisamente el trabajo relacionado con las redes sociales.

Yo quería trasladar a la pintura mi día a día. Al final mi manera de comunicarme es a través de las redes sociales y ahí es donde realmente se crea todo el debate de qué es arte, que es lo que me gusta, cómo la gente lo consume…

Soy consciente, soy la primera que incluso como artista el 90% de las pinturas que yo he visto y conozco han sido a través de Internet y no las voy a ver nunca en físico.

«el espectador a día de hoy tiene un rol activo. Ya no es meramente contemplativo»

Ahora mismo estoy pintando muchas capturas de comentarios sobre arte, jugando con la ironía. Pintar una captura de una crítica al hiperrealismo que suelen ser donde se ven reflejadas realmente las ideas preconcebidas que tenemos sobre la retórica mediática y la retórica pictórica y cómo parece que estas dos no pueden unirse.

Jugar con esa ironía, llevarlo a lo absurdo de pintar esa captura de la gente que está diciendo que eso es absurdo. Dándole la vuelta muchas veces las he subido a mi perfil de Instagram etiquetando a la persona que había escrito ese comentario que yo pinté.

Muchas veces no se mojan y simplemente dejan un «me gusta» pero luego yo vuelvo a pintar ese «me gusta» que han dejado sobre el cuadro de su crítica. Es jugar un poco con el espectador, que es algo que también me interesa mucho, a día de hoy tiene un rol activo. Ya no es meramente contemplativo.

Ya está. De Marta Ruiz Anguera.

Ya está. De Marta Ruiz Anguera.

El que es una conversación en la que hablas con alguien que te pregunta si tienes pensado pintarlo… Creo que define muy bien la aleatoriedad de la inspiración. ¿Es una conversación real? 

Decirlo quita un poco de gracia (risas). La conversación está buscada y hecha para que exprese algo que realmente me pasa en el día a día.

Yo quería que aparecieran mensajes, los «jaja» y los «xD» que realmente los usamos diariamente. Está creada pero es algo que me pasa diariamente.

«hasta que me fui fuera hace cuatro años, nunca tuve un teléfono móvil. No disponía de whatsapp»

Muchas veces hablo con mis amigos o con mi pareja y comentamos. Para mí hablar de arte o incluso mi proceso creativo es a través de las redes sociales.

A pesar de lo digital del contexto, utilizas técnicas tradicionales como el pincel…

Sí, por mi obra no lo parece pero yo siempre he sido muy anti tecnológica. Soy la persona que se pone al lado del router del wifi y deja de funcionar, no se sabe por qué (risas). Parece que me repele la tecnología.

Por ejemplo, hasta que me fui fuera hace cuatro años, nunca tuve un teléfono móvil. No disponía de whatsapp. Fue una decisión que me costó mucho tomar pero las cosas funcionan así y no puedo obviarlo.

«parece que vivir de esto es simplemente pintar, pero es como si gestionaras una empresa»

Para mi la pintura es algo terapéutico. Cuando me pongo a pintar se me pasan las horas volando. Sobretodo en las pinturas que son mecánicas o repetitivas. Hacer las letras, por ejemplo, es algo muy mecánico que no me requiere concentración.

En el mundo del arte ¿es complicado financiar o monetizar el trabajo?

Muy complicado. Ahora mismo acabo de terminar la carrera y estoy intentando presentarme a concursos porque hasta hace poco no sentía que tuviera una obra suficientemente madura o coherente como para presentarla.

Ahora es cuando estoy empezando a moverme. Hasta entonces había ganado algún concurso puntualmente, había hecho alguna exposición pero no es algo de lo que se pueda vivir fácilmente. Son muy pocos los privilegiados que realmente lo consiguen.

¿Se puede? Sí, pero a través de mucho esfuerzo y de meter muchas horas. Parece que vivir de esto es simplemente pintar pero es como si gestionaras una empresa porque tienes que hacer tus contactos y gestionar todo. Mandar las obras, hacer porfolios, hacer las fotografías para subirlas… Eso es mucho tiempo.

Soy realista y ahora mismo estoy cursando un máster de formación en profesorado para poder compaginar estas dos cosas.

Para el futuro, ¿algún reto que te gustaría conseguir?

Ahora mismo estoy un poco Carpe Diem. Viviendo el día a día y los retos me los propongo al día a día. Creo que es un poco dañino ponerse un objetivo muy definido porque sabiendo lo rápido que va el mundo, en 10 años el panorama artístico puede haber cambiado muchísimo y yo creo que uno tiene que intentar vivirlo en el momento y dar el 100%.

Me gustaría poder vivir de mi arte pero para mí intentar acabar un cuadro ya es un reto, llevar a cabo una idea, poder estar en contacto con la comunidad y expresar para que llegue lo que estás haciendo… creo que esos son los retos que a mi me mueven y me llevan a crear.

A ti te hemos conocido a través de Alina Nadolu. ¿Nos recomiendas a alguien? 

Recomendaría a Farah, Saturnocturno. Si no la conocéis es un must. Es una compañera mía de la Universidad. Creo que es la persona que más me ha inspirado y de la que más he aprendido en estos cuatro años de la carrera.

El mundo sería muy injusto si esta persona no llega a ser alguien. Hace de todo. Dibujo, ilustración, fotografía… son maneras con las que expresa el mundo interior que lleva, que es fascinante.

¿Más de cultura y menos de qué?

Menos de «no cultura». Hay muy poca cultura. Consumimos mucha cultura a través de Instagram pero sin saber que la estamos consumiendo. No somos conscientes del trabajo que hay detrás, de los artistas que están trabajando a día de hoy.

Ya no por conocer o por la estética sino porque en el día a día puede llevarnos a encontrarnos con nosotros mismos y a conocernos. Más de Cultura y menos de incultura.