Poco os sonará el nombre de Mario Unger, pero seguro que habéis visto alguna de sus imágenes circulando en redes. Este artista autodidacta, fotógrafo y profesor de música de profesión, comenzó restaurando fotografías antiguas de dominio público que encontraba por internet. Desde entonces, ha ido perfeccionando sus habilidades con Photoshop hasta crear verdaderas obras de arte digitales.

En cualquier curso de diseño al que asistas, siempre hay una clase dedicada a la restauración de imágenes. Esta es una de las ventajas que nos ha tocado vivir en esta era de transición entre los negativos y las tarjetas Hdmi, la posibilidad de crear arte a partir del cambio.

La historia contada en Technicolor

Las obras de Mario Unger no parecen digitales, pero tampoco podrían compararse a trabajos como el de Jan Saudek. Parecen naturales. El tratamiento del color es extremadamente meticuloso y las paletas que utiliza se aproximan significativamente a lo que percibe el ojo humano. Si bien es cierto que el contraste, la saturación y el brillo están muy marcados, la recreación de los fondos y de los tejidos tienen un carácter realista. Es como si la historia se hubiera convertido en una película en Technicolor.

Entre sus obras más destacadas, destacan personajes ilustres como Chopin, Maud Wagner, Billie Holiday, Grace Kelly, Tolstoi o Rasputin. Pero las que son quizás, sus obras más viralizadas, son aquellas basadas en imágenes de fotógrafos reconocidos, como la Madre migrante (1936) de Dorothea Lange.

 

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El coloreado digital es una técnica que tuvo su máximo exponente con el famoso documental La II Guerra Mundial en color (2009), que actualmente se puede ver en Netflix. Estas recreaciones, en vídeo o en imagen fija, nos permiten acercarnos un poco más a esos pasajes de la historia con nombre pero no con apellidos. El color digital llena de vida esos rostros que algún día vistieron de forma efímera azules, violetas y amarillos, y que sólo los percibieron aquellos coetáneos con los que se cruzaron.

Mario Unger acepta propuestas vía email, así que si te atreves a buscar en el baúl de tus recuerdos familiares, igual encuentras algún tesoro digno de ser coloreado por este artista.

*Fotografía de portada: Coloración de Mario Unger, UA