Esther Gómez es enfermera en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Especializada en urgencias y emergencias, también es enfermera escolar, profesora y, como amante de la divulgación sanitaria desde hace unos se convirtió en @mienfermerafavorita.

De este perfil sale precisamente una de las iniciativas por el cual ha llegado a mucha más gente. Con Acortando la Distancia consiguió que por, medio de donaciones y esfuerzo de los profesionales, familias y pacientes covid pudieran conectarse digitalmente y comunicarse en la peor fase de la pandemia. Se toma un tiempo para charlar con Más de Cultura de salud, divulgación y también de los miedos a los que se enfrenta desde el campo de batalla.

Mucha gente te conoce como @mienfermerafavorita, pero ¿Quién es Esther Gómez?

Soy Esther Gómez tengo 27 años y hace dos años comencé con el perfil para hacer divulgación sanitaria y acercar un poco más los temas de salud que a veces no entiende bien la gente.

Crece en ese contexto y hace un año sucede la pandemia. Además yo estoy especializada en urgencias y emergencias y actualmente soy enfermera escolar. Soy profesora en la Universidad Autónoma de Madrid y doy clase además de formación de posgrado a médicos, enfermeras, psicólogos… Un poco de todo.

A veces los campos relacionados a la salud necesitan también de una técnica comunicativa para llegar a entenderse mejor.

Sí, de hecho, este perfil surgió para poder ayudar a los estudiantes de la rama sanitaria. Las primeras publicaciones eran muy técnicas, a lo mejor un poco cursis (risas) por el tipo de colores. He intentado hacer algo ameno para que los estudiantes pudieran descargar las infografías y demás.

Después llega un momento en el que ya empecé a publicar curiosidades o cosas que, a lo mejor, aunque tienen que ver con la salud, no son tan técnicas. Así me empezó a seguir un público más general. Y me gustaba mucho porque me decían cosas como «Soy arquitecta, nunca he entendido qué tengo que hacer cuando se atraganta una persona y ahora ya lo entiendo» Y no solo lo entienden sino que se les queda grabado y son capaces de intervenir en caso de tener una persona cerca con atragantamiento.

A lo mejor al principio estaba una semana preparando un post, leyendo estudios científicos… etc. Y luego ponías un meme que era una chorrada y tiene mucho más alcance. Mi proyecto es tratar de llegar al mayor número de personas posibles.

Y me considero influencer pero porque creo que influyo en la salud de las personas. El tema de la educación sanitaria es una cosa que ya hacemos a nivel profesional en los centros de salud. Pensé que si realmente quería llegar a gente joven para cambiar sus hábitos de salud, tenía que irme a las plataformas donde sé que me van a hacer caso.

De ahí viene también el proyecto Acortando la Distancia

Gracias al perfil empecé a recibir muchas donaciones en cuanto se decretó el estado de alarma y a raíz de eso fue cuando se me planteó esa idea. Porque en un mundo tan digitalizado ¿Cómo puede ser que vaya a morir gente sola?

Es verdad que luego no solo fueron despedidas. También fueron reencuentros de personas que habían estado un mes en la UCI y era la primera vez que despertaban y veían a sus familiares. A raíz de eso lancé el día 22 de marzo a través del canal de Instagram la idea para conseguir llegar a toda España.

Parecía un proyecto pequeñito pero llegamos a toda España, repartimos más de 2.000 dispositivos y al día se hacían 9.000 videollamadas en los días más álgidos.

¿Nos hemos dado cuenta de que sí que era posible estar conectados con las tecnologías en el entorno sanitario?

Sí, totalmente. Yo soy, de hecho, super pro a la telemedicina. Por muchos motivos. Es verdad que hay cosas que no se pueden delegar pero para mí la telemedicina y todo lo que sea tecnología aplicada a la salud debe ser una herramienta pero nunca un sustituto de la atención sanitaria; porque siempre está el error humano y  el error de la tecnología.

Hay una cosa que a mi me llama mucho la atención muchas veces. Hay patologías que por el olor del paciente o incluso por el color puedes sospechar algún tipo de enfermedad y eso se pierde en la telemedicina.

Creo que para llegar a zonas rurales que estén más excluidas o a personas que estén incomunicadas a nivel de carreteras… podría llegar a instaurarse como una herramienta más.

Ahora que tienes más seguidores ¿Notas la presión de la responsabilidad de lo que compartes?

Es cierto que a veces da vértigo. Yo no he estudiado para los medios de comunicación y hay veces que me abruma un poco. Sobre todo me quedo con lo positivo. De hecho, durante el primer año la cuenta fue anónima porque me daba mucho miedo que me criticaran.

Vengo de un mundo sanitario, de ciencia, donde el tema de divulgación de esta forma tan informal no está tan bien vista. Para mi no era tanto problema de meter la pata, básicamente me daba miedo de que se riesen de mi. Cuando ya vi que estaba haciendo algo bueno pensé que no tenía por qué esconderme.

En alguna entrevista has dicho que pasaste miedo, ¿Estás pasando miedo ahora en la tercera ola?

Pues mira, me ha pasado esto hace poco. Tengo una familia muy grande y nadie había pasado el covid y hace nada se lo diagnosticaron a mi abuelo. He de decirte que pasé mucho miedo al principio, ya no como profesional sanitario, sino como ciudadana, por la falta de información y por tener que trabajar así.

Luego hubo un momento de meseta de «ni siento ni padezco». Porque ya lo interiorizas e incluso pecas de no tener ese miedo que hasta cierto punto te protegía. Y ahora, por un accidente que tuvo mi abuelo, tuve que llevarle al hospital y le diagnosticaron covid y ha sido el primer caso de un familiar directo.

Es importante como profesional sanitario ver la impotencia, la desinformación, el miedo y la incertidumbre porque personalmente he estado un poco enfrascada al otro lado de la batalla. Entonces ahora sí tengo miedo por lo que pueda pasar.

¿Qué hace Esther cuando no está trabajando? ¿Puedes desconectar?

Me hace gracia porque hace nada los alumnos de segundo de Enfermería de la Autónoma me decían: «¿No te agobia que toda tu vida sea enfermería?» y me di cuenta que es que yo no lo vivo así porque, aunque suene como muy Mr. Wonderful, la profesión que hemos elegido y justo en la situación que estamos viviendo es un estilo de vida.

Te conviertes en la enfermera de tus amigos y conocidos, te preguntan, llegas a casa, enciendes la tele, miras las redes sociales y todo es covid. Yo tengo la sensación de que llevo demasiado tiempo sin desconectar pero al final estoy metida en muchos sitios. En RNE con una sección de salud los martes, en Saber Vivir con un artículo de salud quincenal… no se cuándo no hago cosas de enfermería.