Ismael Pardos es agricultor en Fuentelsaz, una localidad situada dentro de las lindes de Castilla la Mancha, pero que sin embargo encuentra muchas similitudes por cercanía con las tierras aragonesas. Lleva más de 15 años inmerso en la política local, ha sido teniente alcalde, alcalde del pueblo y ahora combina sus labores de agricultura con el cargo de concejal.

Entre sus logros, ser el primero en sembrar el lavandín en la zona, un cultivo alternativo para intentar mejorar la producción debido al bajo precio del cereal.

Hablamos con él de este curioso pueblo, reflexionamos sobre la despoblación de las áreas rurales en un lugar donde las referencias se miden por la distancia a los hospitales.

Como si sus habitantes vinieran del futuro, no tenían ships, ni crushes ni memes pero también inventaron una jerga: la mingaña, para comunicarse entre ellos durante el trabajo de esquileo sin que sus amos se enterasen de qué hablaban.

A pesar de haber formado parte de la comisión de festejos, sobre las fiestas de La Siega prefiere no mojarse, pero sí reconoce que le gustaría que Santiago Segura fuese por allí, no nos confirma si es también uno de los nombres que ha rechazado la invitación.

¿Cómo se estructura la vida en un pueblo de 80 habitantes?

Es sencillo y complicado a la vez. Cada uno va a su marcha y vive su vida pero a la vez nos limitan mucho los servicios que tenemos. Carreteras, Internet, todas estas cosas. Sobretodo porque hoy en día vivimos a partir de las tecnologías, hasta un agricultor como yo depende de los satélites.

Y claro, todo contacto con los vecinos cuenta…

Es inevitable. Contacto por dos razones. Primero porque las dimensiones del pueblo son pequeñísimas y luego porque hay tan poca gente, ahora estamos 80, que nos conocemos todos perfectamente. Y sabemos cuáles son las necesidades de todos.

Es parte del encanto ¿no?

Bueno, depende de cómo lo mires. Es más fácil llevar política en una gran ciudad que no te conoce nadie que en un pueblo así de pequeño. Cada decisión que tomas, a unos les gusta a otros no les gusta y alguno ni una cosa ni otra. También están los que llevan la contraria siempre porque les gusta.

¿Cuáles son los puntos fuertes del pueblo? 

Lo primero creo que son sus gentes, que son las que mantienen vivo el pueblo. Eso es lo principal. Y luego tenemos un estratotipo. Para quien no sepa qué es un estratotipo, es una capa geológica que marca el tránsito entre el jurásico inferior y el jurásico medio.

Cuando comparan cualquier tipo de residuo de esa capa geológica en cualquier parte del mundo, lo comparan con esto. Porque tiene una sedimentación muy plana y se ven muy bien las etapas que pasaron. tanto los animales hasta todo lo demás.

Todo lo que encuentren de esa edad geológica lo comparan con Fuentelsaz. Está declarado estratotipo por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas.

Como es tan científico, hemos hecho un centro de interpretación para poder explicarlo mejor. Aún así es complicadísimo.

Luego también tenemos nuestra propia jerga. La mingaña. Por ejemplo: «a la cimila gallarda se la pelotea el futute» quiere decir: «a la chica guapa se la come el demonio». La crearon los del pueblo cuando salían a esquilar fuera para que sus amos no se enteraran de lo que hablaban entre ellos. Así, hablaban de lo que les daba la gana sin que nadie supiera lo que decían.

El Teleclub de Fuentelsaz es la zona de recreo del pueblo, el bar de la localidad.

Hay un mito sobre lo tradicionales que son los pueblos de La Mancha, pero vosotros tocáis con Aragón.

Es que nosotros estamos limítrofes con Aragón. Nuestro hospital de referencia es Calatayud. Con La Mancha tenemos que ver poco. Guadalajara nos pilla a 170 kilómetros y Calatayud a 50. Tenemos acento aragonés mucho más que castellano.

Estos días estamos viendo la campaña de correos con el lema #YoMeQuedo sobre la despoblación de las áreas rurales de España ¿Esto ayuda a pueblos como Fuentelsaz? 

Lo primero es que, para que esa campaña ayude, la gente tiene que tener iniciativa y hacer cosas. Y eso es complicadísimo porque normalmente estos pueblos tienen una población muy mayor. La mayoría está va de los 60 para arriba.

Pero lo que nos ayudaría bastante es tener un Internet más rápido, dicen que quieren poner fibra óptica, veremos a ver. Si que tenemos 4G pero hay pueblos que no tienen ni siquiera cobertura de móviles. Eso es lo que más nos limita.

Gastronómicamente hablando ¿Qué tenemos?

La gastronomía es más o menos normal pero sí que tenemos dos cosas un poco especiales. De hecho, estuvieron grabando para Aquí la tierra un reportaje sobre el mostillo.

Es un dulce que se hace a partir del agua miel. Cuando cogían la miel de las abejas, la poca miel que se quedaba con la cera la lavaban y a partir de ahí hacían ese postre que se llama el mostillo.

En el tema abejas tenemos también otra cosa que es peculiar en la zona: los hornos de abejas. Así como en casi todas las partes la miel se produce con colmenas, que son cajas de madera, aquí hay una especie de caseta que tiene como nichos dentro. Y esa miel es absolutamente natural porque a las colmenas se les mete la cera ya artificial para que ellas la aspiren y metan la miel. Aquí se mete el enjambre de abejas y a partir de ese enjambre ellas van creando los panales y la miel. Es miel muchísimo más natural y sana.

Hay muchos famosos del mundo del espectáculo que han ido a las fiestas de La Siega, ¿Por qué crees que encuentran llamativo un pueblo tan pequeño?

Yo creo que hay algo oscuro detrás de esas fiestas. Entonces… es complicado hablar. Y peligroso, vamos.

De los que todavía no han ido ¿algún famoso que te haría especial ilusión tener por allí?

Sí, Santiago Segura. Pero seguramente no se atreverá a correr ese riesgo. No se pueden decir los nombres pero hay unos cuantos famosos que se les ha invitado pero han preferido no venir, porque no quieren oír hablar de esto

He leído que hay un asunto relacionado precisamente con la fama ¿Esto también os llega a vosotros?

Sí, es verdad que lo he visto en algunas webs, incluso una vez leí que querían hacer un documental sobre eso. Pero sinceramente creo que ese tema es mejor no tocarlo, porque todo tiene consecuencias. Además creo que el pueblo tiene otros atractivos. Ahora estamos apostando por las plantas aromáticas. La rentabilidad del cereal cada vez baja más y esto es un mundo nuevo.

¿En qué has cambiado como ciudadano tras ser alcalde del pueblo?

Me ha cambiado muchísimo. Además he sido cuatro años teniente alcalde, ocho años alcalde y ahora estoy un poco de relax siendo concejal. Llevo toda una vida metido en esto.

¿Qué te cambia? Lo primero que cuando ves que una persona de cualquier ayuntamiento toma una decisión antes de criticarla te lo piensas dos veces porque a lo mejor no conoces las razones que tiene esa persona para tomar esa decisión y lo que te enseña también es a tener una paciencia de la leche.

Como hablábamos antes, cualquier decisión que tomes, a la mitad le va a gustar y a la otra mitad no. Algunos pensarán que lo haces por un motivo personal… cada uno tiene su opinión y es bastante complicado. Y en un pueblo pequeño más. Te conocen todos.

En ayuntamientos tan locales ¿hay tanta rivalidad entre partidos políticos como a nivel nacional?

No, lo que pasa es que en los pueblos siempre suele haber dos bandos. Por familias o amigos. El bando de un lado se asocia a un partido y el otro con el otro. Pero los partidos políticos aquí no afectan prácticamente nada, son una especie de excusa.

Siempre hay rivalidades por intereses y la necesidad de criticar a quién está haciendo algo.

¿Qué futuro te gustaría para Fuentelsaz?

A mi lo que me gustaría es que Fuentelsaz tuviera futuro. Así de simple. Porque en los tiempos que corren, la población está cayendo a marchas forzadas. Aquí lo que hay es gente mayor que se muere y la gente joven no se queda. Aunque si tiene futuro yo me conformaría.