Durante estos meses, hemos visto que las iniciativas vecinales son algo esencial en un barrio. Ya sea para retirar la nieve de la calle o para ayudar a las personas mayores a hacer la compra. En 2014, Tomás y Villa ya habían sentado las bases de lo que hemos practicado durante esta pandemia, los grupos de consumo gestionados. 2-d ecológico, nació como una iniciativa para que los vecinos pudieran adquirir productos ecológicos de proximidad.

En diciembre de 2020, este proyecto se trasladó al distrito de Tetuán, con el nombre de LA OSA. Un Supermercado Cooperativo de 800 m2 que se ha convertido en un referente del consumo responsable en la capital. Para hacerse cooperativista y poder adquirir los productos de la tienda, sólo hay que, como bien dice su nombre, comprometerse. Los miembros tienen que participar tres horas al mes en la realización de tareas del supermercado y aportar un capital de 100 euros que de devolverá si te das de baja. Este modelo de autogestión sirve para que las decisiones que se tomen se hagan de manera colectiva. También, para reducir los costes operativos y así ofrecer precios más asequibles. Y, por supuesto, para convertirse en un espacio de intercambio de ideas en la comunidad.

Cuando entras en La Osa, ¿qué compras realmente? En el supermercado tienen un amplio surtido de productos saludables que presentan el menor impacto ambiental posible. Además de ser productos de proximidad y de comercio justo, los que son de origen animal aseguran unos cuidados dignos.

La Osa, se basa en parte, en el proyecto Mares. Un movimiento de transformación urbana que planea implantarse en Madrid a través de un modelo de economía social y solidaria, incidiendo en cinco sectores: la movilidad, la alimentación, el reciclaje, la energía y los cuidados. Otra forma de familiarizarse con lo que significa pertenecer a un supermercado colaborativo, es a través del documental Food Coop. Un ejemplo pionero que se fundó en 1973 en Brooklyn y que a día de hoy sigue en activo.

Desde 2008, y más aún en la situación que estamos viviendo,Madrid se enfrenta a una serie de desafíos que sólo un proyecto basado en la sostenibilidad puede hacerles frente. El empleo, la migración, la contaminación, el consumismo y la dependencia energética son algunos retos a los que debemos dar respuesta de una manera eficaz y a través de la solidaridad ciudadana. La Osa mantiene esa esencia, la de la vida de barrio, un bien de primera necesidad que es imprescindible en una ciudad como Madrid.

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