Los pulsos binaurales o binaural beats, están relacionados con las frecuencias sonoras y cómo las percibe nuestro cerebro. Si nuestro oído izquierdo recibe una frecuencia de sonido determinada y el oído derecho una ligeramente diferente, nuestro cerebro intentará sincronizarlas para percibir una sola. El ejemplo más claro es el de los péndulos, si colgamos uno al lado de otro acaban oscilando en el mismo sentido.

Esta ilusión auditiva es lo que se conoce como «pulso binaural» y ya están surgiendo estudios dentro de la comunidad científica para valorar su efecto sobre la concentración, la ansiedad y la percepción del dolor. Aunque en internet proliferan sus usos como una especie de «droga auditiva», ya se empieza a hablar de sus beneficios en terapias psicológicas. De hecho, este fenómeno fue descubierto hace ya tiempo, concretamente en 1841 por Wilhelm Dove. Si bien es pronto para afirmar que existe una evidencia científica fuerte, también es cierto que su uso se ha ido incrementando a nivel particular, como lleva ocurriendo estos últimos años con el llamado ASMR.

El pulso binaural se manifiesta como un tono fantasma (esa ilusión que crea el cerebro al fusionar dos frecuencias muy similares) que produce diferentes efectos psicoactivos en función del tipo de frecuencia que escuchemos. Existen varios tipos de banda de frecuencia que provocan distintas reacciones.

Gamma (de 30 a 50Hz): Son las ondas que presentan mayor frecuencia y menor amplitud visualmente hablando. Son las más estimulantes y aparecen en estados de plena consciencia. Se han utilizado en terapias alternativas para estudiar los llamados «sueños lúcidos» en casos de pacientes con estrés postraumático.

Beta (de 14 a 30Hz): Concentración y memoria. Relacionadas con los procesos que requieren una gestión ágil de la atención, como responder a una pregunta de un examen.

Alpha (de 8 a 14Hz): También conocidas como «ondas de Berger». Representan la actividad cerebral en periodos de reposo consciente. Ejemplos de ello podría ser mientras tomamos el sol tumbados en la playa, dando un paseo o «consultando a la almohada».

Theta (de 4 a 8Hz): Están asociadas a las primeras etapas de sueño. Estimulantes durante la meditación y para la concentración, el cuerpo se predispone para una mejor recepción de información.

Delta (de 0,1 a 4Hz): representan la actividad cerebral durante el tiempo de sueño profundo, por lo que se asocian a la relajación y a la somnolencia. También para aliviar las migrañas.

La pregunta del millón, ¿dónde podemos encontrar este tipo de sonidos?

En Internet, dónde si no. En Youtube existen gran cantidad de estos ejemplos y para diferentes fines, ya sea para relajarse o concentrarse como para simular efectos psicodélicos de algunas drogas. Desde 2007 también existe la plataforma de pago i-Doser cuyo precio ronda los cinco dólares y que tiene una interfaz mucho más intuitiva.

A continuación os proponemos algunos ejemplo para iniciarse (o al menos probar de primera mano) en los pulsos binaurales. Esta práctica no está recomendada para personas con epilepsia o fotosensibilidad:

  • Delta:
  • Beta:
  • Gamma (uso frecuente no recomendable):