Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en ASMR es la estimulación auditiva mediante sonidos relajantes. Pero esta técnica va más allá. Las siglas ASMR hacen referencia a los conceptos «Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma», ¿y qué significa esto? Pues se refiere a ese cosquilleo que sentimos en la parte trasera del cráneo ante un estímulo auditivo o visual, lo que en ASMR se denomina «trigger». Este hormigueo que comienza en la parte posterior del cuello y que se extiende hasta el hueso atlas, puede confundirse con un escalofrío. Al ser una experiencia totalmente subjetiva, no todas las personas son capaces de sentirla y hay ciertos test circulando por internet para saber si eres un individuo predispuesto percibirlo o no.

El ASMR e conoce también con el término «euforia de bajo grado», una combinación de sentimientos positivos a baja escala y esa sensación de cosquilleo. En el idioma coloquial sería algo así como estar agustísimo. Esta sensación, que solemos asociar a experiencias auditivas, por esto de las modas, también se manifiesta de otras formas y sentidos.

ASMR auditivo

Este sería el más convencional hoy en día, y el que más se ha institucionalizado. Mediante los llamados «sonidos binaurales» (sonidos 3D), podemos conseguir una relajación extrema. Youtube está repleto de vídeos de este tipo, comienzan con una suave voz que te susurra, seguida de sonidos repetitivos. Es difícil clasificar el abanico de sonidos que producen ASMR, y cada uno estimula de una forma diferente.

 

ASMR visual

Existen ciertas situaciones y objetos dispuestos en el espacio que pueden producir esta sensación de felicidad momentánea. Suelen ser varios los elementos que componen una escena, y que por sí solos no tendrían el mismo efecto. Hay vídeos que van desde máquinas a presión regando una acera, pasando por limpiezas extremas de oídos hasta luces que se cruzan en el campo visual. Un abanico enorme digno de experimentación.

 

ASMR y el tacto

Si eres de esas personas a las que les gusta que les hagan moñerías en el pelo sólo por las cosquillas que te produce, estás en la categoría perfecta. El ASMR se pude manifestar como medio de respuesta a estímulos táctiles. con toques suaves en partes del cuerpo donde sentimos cierta sensibilidad. Si bien es cierto que podría malinterpretarse como un acto sexual, está muy lejos de ser así. Podría decirse que la sensación se asemeja a la que te provoca un escalofrío cuando alguien te acaricia la coronilla.

La historia del ASMR comienza oficialmente en un foro de debate de 2007, hay indicios de estos orgasmos cerebrales en un pasaje de La señora Dalloway de Virginia Woolf (1925). Aunque se ha comparado con términos como sinestesia, misofonía o frisson, lo cierto es que el ASMR es a día de hoy una incógnita científica que podría abarcar todos estos términos mencionados o ninguno en específico.